viernes, 4 de mayo de 2012

Rocío Ruiz-Mateos y su marido exculpados por el juez Pablo Ruz.



A pesar del ataque masivo orquestado desde las sombras y aliado con toda clase de codiciosos elementos en busca del mejor bocado contra la Familia Ruiz-Mateos, el camino iniciado por la defensa de la honorabilidad de los gestores de Nueva Rumasa ya conlleva justas victorias.

Rocío Ruiz-Mateos y su marido Luis Ojeda estaban en el punto de mira al pedir que se les imputara por un presunto delito de sustracción de obras de arte pertenecientes a la Familia y el intento de venta a través de una casa de subastas.

Considerando los muchos intereses que poseen  tantos convidados al banquete de la destrucción de Nueva Rumasa, se hace evidente una suerte de obsesión colectiva que puede estar desvirtuando la realidad de lo que  en verdad ha sucedido con el Grupo empresarial.

Lo realmente cierto es que el corte de los fondos crediticios ha supuesto una mayor ganancia a los orquestadores de esta hecatombe que lo que hubiera sido la normal funcionalidad del cumplimiento de contratos acordados con la Familia Ruiz-Mateos.

Ningún paciente es sacado de una mesa de operaciones y exhibido fuera de quirófano con la intervención a medio realizar. Obviamente la espectacular visión de un enfermo con las vísceras abiertas es potencialmente propensa a la especulación, al morbo insano y al alarde de la lucubración sin conocimiento de causa pero con ambiciones efectistas. Baste recordar el ignominioso reportaje de "investigación" que Antena 3 lanzó con ese carácter de televisión basura que ya viene caracterizando hace tiempo en busca de la fácil audiencia.

El culpable de que el paciente esté exhibido visceralmente no es responsabilidad del administrador del Hospital ni de los cirujanos; tampoco del resto del personal. Los verdaderos causantes del destripamiento de Nueva Rumasa se esconden tras la trampa de una traición bancaria y no se sabe cuántos más sucios intereses de tantos arrimados como en su día lo pudieron ser los saqueadores impunes de Rumasa.

Ahora que muchos son los indignados apuntando a la culpabilidad de los miembros de la Familia de Ruiz-Mateos, pocos se preguntarán sobre la inminencia de tratar un pago de indemnizaciones por la expropiación delictiva en 1983 de Rumasa. Pocos atisbarán los muchos intereses especulativos que condicionan la caída de Nueva Rumasa ofreciendo su desmoronamiento a juicio público con miles de damnificados.

Muchos son los que pretenden ganar con la traición lo que jamás ganarían contando la verdad. Cuanta más confusión generada mejor. Ya lo dice el aforismo popular: "a río revuelto, ganancia de pescadores". A saber cuántos son los que verdaderamente empuñan las redes, bien guarecidos tras la traición, esperando el mejor momento para echarlas.

Por lo pronto ya se empieza a ver que no es oro indignado todo lo que reluce y justamente Rocío Ruiz-Mateos y su marido han sido exculpados. Quedan muchas batallas para demostrar la verdad: la verdad oculta de Nueva Rumasa que muchos interesados prefieren no considerar.

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