Admirado Sr. Durán:
Nadie, en este país caracterizado por la envidia y el insano proceder de su clase política, puede cuestionar los méritos descollantes de su vida siendo Usted un paradigma de trayectoria personal y profesional que bien puede conformar parte del legado de la genialidad en el suma y sigue de la Historia de España. Un suma y sigue esperanzador siendo España cuna de grandes ingenios, pese a que al otro lado de la balanza pesa la aparición de personajes nocivos que, usando el pretexto político, han representado la más vil calaña que los ciudadanos han soportado con muy duras consecuencias.
De esa vileza, como víctima, bien sabe el Sr. Ruiz-Mateos y a su vez, como ejemplo de genialidad acorde al carácter de su propia capacidad de inteligencia, Sr. Durán, también de cómo trabajar sacrificadamente y con éxito en la creación de un Holding empresarial con decenas de miles de puestos de trabajo para ser brutalmente traicionado con un expolio delictivo que le supuso indefensión ante la Justicia, incluso siendo absuelto de todas las imputaciones que pretendieron justificar tan canallesca estafa institucional.
D. José María soporta, con una templanza absolutamente admirable, el paso de la gloria y del ditirambo al del desprecio y el insulto, por un carácter providencialista que nada tiene que ver con la amoralidad de los estafadores o de los engañadores que pululan por este solar patrio de la mentira continuada en que se ha convertido la nación. Como empresario y financiero ha conseguido las más altas cotas de reconocimiento a un trabajo sobresalientemente desarrollado, con los máximos estándares de calidad y con el amor a la profesionalización de cuidar de los intereses de sus semejantes, incluso aportando decenas de miles de millones de pesetas en obras benéficas-su manera en conciencia de pagar los impuestos, esperando hacer cuentas con el Estado cuando le devuelvan lo que le robaron-, en tanto no dejaba de litigar y denunciar la vasta corrupción de la instancias políticas y jurídicas que permitieron la aberración especulativa de la expropiación.
Recientemente Usted ha escrito un artículo sobre las estafa de las preferentes con una referencia a los pagarés emitidos por Nueva Rumasa, a través de una expresión acerca de D. José María en que indica que a los Inversores del empresario y financiero “los han "pillao" con el carro de los "helaos”.
Conociendo la calidad personal y profesional de D. José María, dicha expresión es bastante desafortunada, siendo Usted en tiempo pasado un valedor de la obra realizada durante toda su vida por él. Permítame que le puntualice algunas cuestiones en referencia a su modo de percibir lo sucedido con los pagarés de Nueva Rumasa:
1- El tiempo es el mejor juzgador y solventa confusiones. El Sr. Ruiz-Mateos está actualmente exculpado por la Unidad de Delitos Económicos y Fiscales de haber estado implicado en el conocimiento del paradero de los pagarés.
2- Con somera observación se puede colegir que la inmensa creación de riqueza y empleo nunca ha obedecido al objetivo de ganar dinero con la excusa profesional. El Sr. Ruiz-Mateos ha disfrutado su trabajo como pasión única, con el incentivo personal de crear puestos de trabajo; imbuyendo de una sana filosofía empresarial y muy humanizada toda una labor digna de admiración, donde siempre ha prevalecido la calidad en todos los aspectos que cuidaba con disciplinado esmero.
3- Si reflexiona sobre el carácter empresarial de D. José María y conoce su gran obra profesional, advertirá que su caligrafía ha sido pulcra frente a los borrones provocados por los múltiples enemigos que pretendieron quedarse con su legítimo patrimonio de un plumazo. Muy seguramente que Usted mismo haya podido comprobar cómo se conspira traicioneramente a sus espaldas para desacreditar su trabajo con laberínticas trampas destinadas a engañar a la opinión pública. A poco que haya notado en su espalda la frialdad de ese acerado cuchillo de la cobardía, sabrá sobradamente cuál ha sido la impresión cuando se hundió ese puñal de traición contra el empresario y financiero. Las apariencias engañan y aún falta por saber quiénes son los responsables de que una gran obra empresarial haya quedado convertida en un “carro de helados pillado”.
De José María Ruiz-Mateos, de la persona y profesional que muchos como Usted creían conocer cuando alababan su trayectoria de existencia, solo ha variado la apariencia, conservándose la esencia de quien siempre fue el que nunca dejó de ser; a pesar de que esa apariencia engañe y tanto.
Él no generó los problemas actuales pero sí se ha responsabilizado, con valiente nobleza, para encontrar las soluciones. Sería justo que alguien como Usted recordara las grandes virtudes de un gran hombre que hasta hace poco era una referencia obligada del buen hacer empresarial de España y que al día de hoy y de manera tan injusta se le pretende repudiado.
D. José María es consciente de las injusticias y las acepta con digna resignación, pero merece que gente inteligente no se deje llevar por esa corriente de engaño que le juzga tan severamente sin que se conozcan las verdaderas causas de las falsas apariencias, ésas que siempre engañan como ya lo hicieron durante 20 años.
Espero que el tiempo y la Justicia, la verdadera, permitan desdecirse a una persona tan digna de admiración como es Usted.
Ignacio Fernández Candela
Ignacio Fernández Candela
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