d honorable y versátilmente profesional sin envidiar un ápice de su actividad literaria: Ignacio Fernández Candela.
Es más, no cambiaría mi particularidad creativa que al lado de la de usted posee ganancias suficientes para no desear en absoluto su suerte personal. Mi nombre de autor es también Ignacio F. Candela, ya sabe: "el biógrafo del camarada", que por cierto conlleva abundante actividad con más de un millón de búsquedas en Google al lado de sus pobres 129.000.Es una mera referencia sin valor, como sus ninguneos vergonzantes.
Ello indica que mi intensa actividad profesional me permite juzgar la vaciedad personal que usted me inspira y el poco reconocimiento particular que le debo. Le dejo una semblanza de mi trabajo como ensayista, novelista, poeta, conferenciante, analista socio-político, crítico literario, pintor artístico y sí, portavoz y amigo de D. José María Ruiz-Mateos a quien usted no es digno de criticar y menos jactarse de una mofa que le envilece.
Su modo de tratar la actividad profesional ajena cuestiona la suya propia, por lo que deduzco que usted no debe de ser muy consciente del esfuerzo que hay que respetar, salvo que su labor sea de fácil factura con atajos inconfesables.
Por
cierto que he enviado un comunicado a Espejo Público con mi parecer sobre su
autosuficiencia verbal, tan contraproducente en ocasiones para opinar sobre lo
que no tiene ni repajolera idea… pero da el pego, ya se sabe, por su florido
verso.
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