viernes, 11 de mayo de 2012

Vamos a correr las comas de Eduardo Inda (En respuesta a su falaz noticia en El Mundo).


Desde la expropiación de Rumasa y con la traición bancaria contra Nueva Rumasa, es fácil creerse todo porque las intenciones de vilipendiar a José María Ruiz Mateos conllevan muchos intereses personales de tantos, tantos, con el fin de llenar los bolsillos con la moneda de la traición. Seguro que Eduardo Inda, vinculado al diario Marca y que disfrutó de la confianza de la Familia Ruiz-Mateos-a través de las actividades deportivas del Rayo Vallecano-, ha calibrado el beneficio de escribir sobre una noticia no contrastada, con ese aire sensacionalista que gasta en su artículo y sin molestarse en preguntar sobre la veracidad de la información lanzada como un ariete por Joaquín Yvancos. 

Aquí todo el mundo asoma a ver qué es lo que saca. Curiosamente, en primera fila los arrimados de cuando todo marchaba bien. Como la vida misma; surgen estos personajes de escenario parasitario a la sombra de lo traicionero en cuanto vislumbran la oportunidad. A Eduardo se le brindó a través de quien más estuvo unido y agradecido a la Familia Ruiz-Mateos: Joaquín Yvancos. 

A propósito de agradecido, o de lo contrario, de ser lo primero Eduardo Inda habría contactado con la Familia antes de escribir sobre una entelequia que ya acostumbra a esgrimir como arma arrojadiza el citado Yvancos; así sucedió con el intento de imputación contra Rocío Ruiz Mateos y su marido Luis Ojeda, acerca de supuestas sustracciones de obras de arte. La ofensiva del ex Responsable General de la Asesoría Jurídica y Fiscal de Nueva Rumasa, obedece a una búsqueda de intereses personales que lleva implícito hasta el esperpento con tal de sacar tajada de las consecuencias. Al precio que sea. No obstante el bocado es más que apetecible, propio de la avidez de un Gargantúa insaciable, declarado enemigo de los Ruiz-Mateos después de disfrutar las mieles de una opípara amistad.

Demasiados comensales están auto invitados a este banquete de la desintegración que se pretende, una vez más, contra José María Ruiz-Mateos. De este modo, no es de extrañar que el desvarío se tome en serio con ese argumento burdo de mover comas para desafiar a un cálculo de probabilidades sobre las inspecciones de los números que Hacienda examina en las contabilidades de la gran empresa.

No es serio el amaño continuado de la desinformación a cualquier precio y son traspasadas de continuo las veracidades de lo serio y lo digno de lo decente. Eduardo Inda demuestra poca profesionalidad al no cerciorarse de las intenciones tras una patraña de semejante calibre. No es extraño que el abogado porfíe enconadamente en sacar rédito de su antigua posición en Nueva Rumasa, donde era él implícito responsable de todos los compromisos jurídicos e incluso de compra-venta de activos, pero tampoco extraño es que se añadan otros para intentar recoger las migas que deje el amo. Yvancos lidera una guerra falaz contra José María Ruiz-Mateos y sus aliados son los ex directivos que penaban por el limbo de la estrechez pecuniaria a la que les ha abocado la caída provocada contra Nueva Rumasa. Uno sacude el árbol que pretende hacer de su propiedad mientras los otros recogen los frutos... todos los que puedan.

En todo caso, siendo Joaquín Yvancos quien era responsable de los asientos contables, es difícil imaginar una arana de este tipo sin ser conocedor de esas presuntas irregularidades fiscales. Por lo pronto habrá de explicarse ante los tribunales y responder de la mentira. A Eduardo Inda no se le han corrido las comas, no, se le ha pasado el punto principal que ha de poseer un periodista de buen tino informativo: la intención veraz. En definitiva, la credibilidad profesional y personal. Pero ya se sabe... "poderoso caballero...".

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