El título de estas líneas parece contradictorio, pero lo
cierto es que es una realidad que forma parte de la vida de D. José María
Ruiz-Mateos. La experiencia, brutal y mezquina, le da la razón. En todo caso
jamás se ha negado a colaborar considerando los problemas circunstanciales que
afectan a las personas.
Un exhorto no es algo anómalo, siquiera extraño, hablamos de
un proceso normalizado y racionalmente
jurídico. Un exhorto agiliza trámites que evitan la dilatación de una labor
jurídica competente y conlleva facilitar la ejecución de un acto procesal con
una colaboración naturalmente devenida en el ámbito jurídico.
Nada es más natural que un exhorto cuando se ejecuta un acto
procesal como es la declaración de un testigo o imputado. Las variantes son
pocas porque las formas están delimitadas; es el fondo lo que trasciende en
cada caso judicial que no es desvirtuado porque un juez colabore con otro para
facilitar la tarea jurídica.
Dicho esto y con la proximidad de la fecha del 23 de Agosto,
en que D. José María Ruiz-Mateos ha de presentarse en el juzgado de las Islas
Baleares (con la espada de Damocles de una orden y captura-que muy seguramente
contraviene el Principio de Proporcionalidad-, por la libre interpretación del
forense de Palma, quien desechó los consejos de la forense de Pozuelo sobre la
inconveniencia de viajes largos a un paciente en proceso de recuperación),
conviene hacer ciertas matizaciones:
1-
D.
José María Ruiz-Mateos, aun con la indignación que le provoca no haber
encontrado un solo juez para intentar descubrir la verdad de la delictiva
expropiación de Rumasa, ya estuvo presente en el Juzgado de Palma ante la juez
María Pascual.
2- En otras ocasiones no pudo viajar por las ciertas y precarias condiciones económicas debido a las rígidas medidas preventivas de sucesivos embargos sobre sus bienes patrimoniales.
3- La rotura del dedo del pie fue una lesión real y no un pretexto falso como mezquinamente han pretendido desinformar algunos medios de comunicación proclives a la manipulación orquestada contra el empresario. El 23 de Agosto se presentará radiografía y diagnóstico de la Clínica Quirón con fecha del 13 de Julio.
La forense de Pozuelo desaconsejó un
viaje largo, con el fin de que soldara adecuadamente el dedo en proceso de
recuperación, en tanto el forense de Palma se arrogó la opinión facultativa sin
evaluar al paciente.
4- En ningún momento, D. José María se ha negado a colaborar con la Justicia, pese a que sus razones de tres décadas posee para desconfiar de su recto criterio, si bien ha pedido declarar en el Juzgado de Pozuelo de Alarcón con el fin de evitar el anterior desgaste de salud que le supuso viajar a Palma por la misma razón en pasadas fechas.
5- No es procedimiento extraño tampoco, que un juez se embarque en un avión para tomar declaración a personas de edades avanzadas como D. José María Ruiz-Mateos, para evitar dilaciones innecesarias ni espectacularidades evitables.
Quede pues muy clara la permanente disposición de colaboración, y el respeto a la juez Pascual, para aclarar la problemática generada por una quiebra técnica donde D. José María jamás tuvo la menor intención de estafa que se pretende imputar. Durante 40 años sus tratos empresariales fueron impecables y es antecedente sobrado para preguntarse qué ha podido suceder en este caso.
Desgraciadamente, y digo bien, D. José María viajará el 23 de Agosto a Palma con responsabilidad jurídica sobre su salud. No obstante sus 81 años han sido muy sufridos debido a la canalla escondida de una España donde muchos han disimulado para llevarse parte del pastel que les tocó con la delictiva expropiación de Rumasa. Todo se sabrá.
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