miércoles, 13 de junio de 2012

Unión Europea y la valentía que nos falta


Después de producirse ese rescate bancario revestido de benignidad, de favor y amabilidad, faltaría más,   y que no afecta al Estado sobre futuras exigencias de insoslayable panorama de servidumbre ante la Unión Europea, se va descubriendo que el gesto del endeudamiento de España no es lo suficientemente válido para frenar la debacle económica.

http://www.elconfidencial.com/espana/2012/06/13/carta-de-rajoy-a-la-ue-tres-dias-antes-del-rescate-la-situacion-es-insostenible-99968/
 http://www.expansion.com/2012/06/14/empresas/banca/1339661342.html
Los cantos de sirena no solo fueron escuchados sino que Rajoy exigió una coral para no resistirse a la tentación de un rescate de la Banca que ni con 100.000 millones de Euros logra estabilizar la coyuntura de la que depende el futuro de la Unión Europea. El Gobierno español ha corrido desaforado hasta su compromiso de crédito que nos lastrará mucho tiempo, con el encomiable objetivo de tomar las riendas de Europa, desde una posición de podredumbre, para salvar la unión fiscal y bancaria con el fin de evitar la ruptura del Euro.

Es encomiable el sacrificio de Mariano Rajoy para con Europa, quien generosamente cede todo el peso del riesgo en España, subyugando al sufrido españolito que soporta lo que le echen, para que los socios comunitarios se salven de una debacle y en ese salvamento sean firmes acreedores del desarrollo económico español. O la jugada es maestra o es que aquí nos sobran tontos como consejeros para ganarnos imagen ante Europa a costa de que nos expriman hasta el tuétano.


José María Ruiz-Mateos, siendo empresario descollante y ejemplar del proceso de evolución empresarial en España, podría haber recuperado la efectividad de la gestión de Nueva Rumasa de haberse sostenido el contrato de crédito firmado con el Banco de Santander. Decenas de miles de empleos se hubieran mantenido y un drama humano propio de tiempos de crisis galopante se habría  evitado. Rajoy pedía clemencia a Europa diciendo que la situación era insostenible. Ruiz-Mateos solo hubiera necesitado de las condiciones pactadas para virar rumbo y evitar la escollera. Sin embargo, Emilio Botín, después de proveer de viáticos al barco de la gran singladura de Nueva Rumasa, decidió hundirlo en mitad del océano.


Sabidas son las concomitancias con el caso de Bankia y Nueva Rumasa para intentar evitar ambas zozobras, como también coincidentes son los casos de Otaysa y Nueva Rumasa, abandonadas a una suerte trágica, por la mano del Consumer Santander y Banco de Santander respectivamente, que incumplieron sendos contratos sin asumir las previsibles consecuencias de una traición especulativa. Esas consecuencias las tragaron los empresarios sorprendidos por la traicionera sorpresa que dio al traste con los proyectos empresariales en plena navegación.

Otaysa, sin galernas a la vista, fue torpedeada a la línea de flotación sin previo aviso y en pleno crecimiento, en tanto Nueva Rumasa fue desarbolada en medio de la galerna de crisis que Botín no dejó que se sorteara. Nueva Rumasa y Otaysa son los ejemplos exponenciales de cómo la Banca ha desintegrado el tejido empresarial de España, traicionando a los empresarios de las PYMES y terminando por avasallar a la gran empresa. Acaso todo orquestado desde un plan político sobre el que se basó la destructiva gestión del nefasto gobierno de Zapatero. No es de extrañar que la codicia bancaria haya colapsado todo con la posesión de activos tóxicos, empobreciendo todo un país y rompiendo el equilibrio mercantil y financiero. Encima los rescatan, cuando deberían estar siendo mostrados en plazas públicas para escarnio del pueblo que los soporta.


Mariano Rajoy no es político de agallas tan necesarias para estos tiempos que demandan coraje, previsión, liderazgo, capacidad de reacción y autonomía de reacción frente a los imprevistos o las problemáticas previsibles. En realidad, Rajoy es una especie de don nadie, no por su identidad personal que creo del todo válida, sino por la brutal herencia destructiva que le dejó el partido socialista, el verdadero culpable de las tragedias humanas e institucionales que padecemos. Pero ya sabemos que la bonhomía de Mariano le llevó a condecorar y a ensalzar a nuestros verdugos cuando se produjo el relevo político. Mal hecho.


Ahora nos encontramos en la tesitura de asumir responsabilidades y solo encontramos el modo a través de hipotecar nuestro futuro a costa de la salvación europea; una Europa de la que podríamos habernos servido sin pasar por el aro de la sumisión acreedora y que tanto nos va a lastrar.


El muy injustamente anatemizado José María Ruiz-Mateos, ya advertía de la problemática que traería ese gran mercado de intereses conflictivos en el que España no podía consentir un papel de obediencia poseyendo un potencial empresarial que superaba la media de los socios comunitarios. Emitió un comunicado, hará unas semanas,  sobre la conveniencia de analizar una salida de la moneda única, revirtiendo nuestra posición negociadora y abriendo nuevos cauces lejos del anquilosamiento que supone subordinarse a las exigencias de quienes ganan con nuestros problemas.


Nadie mejor que los prácticos hombres que generan riqueza y empleo y que son capaces además de que confluya la fuerza de la finanza bancaria en apoyo del emprendimiento mercantil. Ruiz-Mateos lo demostró en un país en que la envídia y el recelo agrupan  a mediocres contendientes que se benefician rastreramente  hundiendo el talento que no pueden igualar.


José María Ruiz-Mateos no estaba equivocado cuando condicionaba las esperanzas de lo español a la unión de nuestras fuerzas propias a través de prohombres capaces de practicidad allá donde lo teórico de lo político choca contra el muro de la ineficacia. Rajoy eligió el camino más fácil para complicarnos la vida y, a este renqueante paso, se nos romperá un día la expectativa de autonomía convirtiendo nuestro país en una alfombra para que nos pisen a placer y estando agradecidos de que nos dejen la huella de Europa como a un servil felpudo.

Desgraciadamente, en España se tiende a defenestrar justo a los ingenios que son capaces de regenerarla. Nada  inteligente es no aprovechar el talento cuando más necesitamos de él.

No vamos a dejar otra huella que la de la humillación y se lo debemos a un Zapatero- hay quien dice que inexplicablemente impune cuando debería estar en busca y captura- y a otro Rajoy, el hombre de Estado menos aconsejable para España en estos tiempos en que se necesitan, literalmente, cojones, con perdón.


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