El
drama de Nueva Rumasa afecta a miles de inversores y a los trabajadores
que han quedado naufragando con el despropósito especulativo del Banco
de Santander que hundió el barco antes de llegar a puerto. Un naufragio
que se podría haber evitado con la misma facilidad que el GRUPO PRISA se
ha salvado con un rescate bancario y
accionaral avalado por la Moncloa.
Resulta
chocante la disposición de tantos bienintencionados rescatadores de la
Banca y de Prisa, ante la indolencia por provocar una tragedia que
afecta a miles de personas abandonadas a la suerte del infortunio y de
la
complejidad de las resoluciones judiciales con una batería de embargos
que imposibilita solventar, en la medida de lo posible y de buena fe,
toda la problemática generada de los pagarés y el abandono al que se han
sometido a los empleados de Grupo empresarial.
Esta
hecatombe aún necesita de tiempo para resolverse y las medidas
preventivas de embargo, además de ser presiones de lógica formal en el
ámbito jurídico, expone de manera innecesaria a mayores daños sobre las
personas implicadas en el problema de ardua solución. Asfixiar sin
control no es de Justicia coherente, sino una práctica de crueldad cuyas
graves consecuencias no reflejan unos documentos que decretan trágicas
actuaciones traducidas en perjuicios de grave calado contra seres humanos que no están hechos de papel.
Aún
queda mucho por dirimir de
este hundimiento provocado o naufragio debido a situaciones críticas
naturales de los tiempos que vivimos. Todo está por ver. Pero lo que no
se puede negar a quienes están a merced del oleaje circunstancial es
proveerles de un simple salvavidas, un apoyo vital para no acabar de
sucumbir en tanto se espera un rescate que, según los tiempos de lo
judicial, aún ha de demorarse.
Los
embargos han evitado negociaciones de buena fe con la Familia
Ruiz-Mateos que en última instancia siempre habría mirado por los
inversores y sus trabajadores, en caso de no poder gobernar un barco
en vías de hundimiento. Por el contrario, las medidas cautelares han
magnificado la zozobra de tal modo que han convertido en inviable un
plan de salvamento en situaciones adversas. Los pasivistas se ahogan
como los trabajadores y la tripulación también se desenvuelve, en
condiciones desesperantes, contra el embate
de
unas circunstancias que las medidas impuestas jurídicamente lo hace
inhumanamente soportable.
Se
puede convenir en que ante la evidencia de un naufragio hay que
encontrar responsabilidades. Averiguar si fue provocado externa o
internamente; si fue por negligencia o por intención avasalladora, como
demuestra la querella interpuesta contra Emilio Botín por los
Ruiz-Mateos, del mismo modo que ha hecho el empresario, afectado por la
misma trampa, de Otaysa.
Urge
investigar lo sucedido, sobre todo cuando otras empresas o entidades
bancarias se han salvado de hundimientos similares por haber obtenido
rescates que no desmerecía Nueva Rumasa generando 10.000 puestos de
trabajo. Sobre todo considerando que Nueva Rumasa era en origen aquella
Rumasa que delictivamente se expropió en el capítulo más vergonzante de
saqueo generalizado aun no indemnizado. Urge
investigar y colegir de lo sucedido cuantas responsabilidades atañen a
los culpables aún por dilucidar.
Urge
todo ello por el drama mayúsculo de indefensión que supone la espera
para miles de personas, pero no se puede dejar que los supervivientes
del naufragio no puedan asirse a un salvavidas o a cualquier
flotabilidad que permita no ahogarse en un medio hostíl de por sí como
es una quiebra.
La
Familia Ruiz-Mateos, en tanto se investiga judicialmente, ha sido
embargada en continuidad hasta el punto de dejarla sin salvavidas ni
posiblidad de subsistir, en este marasmo trágico en que siquiera la
dejan afrontar responsabilidad ante quienes hubieran intentado responder
de cualquier modo.
No
es humana una Justicia que deja en documentos pendientes la
supervivencia vital de personas que todavían
no han sido juzgadas. Humano sería dejar salvavidas a quienes se les
mantiene sin asidero de supervivencia en el agua para que desfallezcan
de puro agotamiento. Inhumano es embargar sin medida hasta el aire que
puede respirarse a sabiendas de que los pulmones revientan si no se
oxigenan.
Ante una
tragedia de este calado, las diligencias deberían ser ágilmente tratadas
y las medidas cautelares humanamente tratadas. No pueden seguirse los
consejos de un Joaquin Yvancos, que tiene peso específico en estas
zozobras, cuya porfía legal estriba en una visceral venganza que
pretende la destrucción de una familia.
Levantar
algún embargo, con el fin de la subsistencia, sería una medida que
facilitaría la colaboración con la Justicia por parte de la Familia
Ruiz-Mateos. Podría solventar circunstancias de emergencia que provocan
innecesariamente
órdenes judiciales que abaten seres humanos que figuran como nombres en
papeles y detrás de los cuales hay personas que sufren visceralmente
decisiones radical e insufriblemente
innecesarias.
Una
firma podría suponer la diferencia entre la supervicencia y la tragedia
diaria que puede conllevar unas mayores. Es por ello que hago una petición pública a los Jueces para
rogar que reflexionen sobre el drama implícitamente asfixiante que
supone no poder vender alguna de las propiedades embargadas que dieran
un respiro a familiares que sobreviven con una exposición visceral a
condiciones inhumanas. Que unas de esas ventas-obras de arte, verbigracia- permitieran asumir situaciones de
emergencia propias de este naufragio, cubriendo necesidades vitalicias
que hoy por hoy en sus carencias conducen a una tragedia de magnitud
incalibrable.
Cuando
pienso en lo poco que cuesta la firma de levantamiento de un bien
embargado, en comparación con el dolor que causan esas asfixias,
comprendo que la verdadera Justicia es la que mira por el ser humano y
flexibiliza las condiciones jurídicas.Aún creo que hay
buena Justicia pese a todo ¿Por qué
entonces no tomar medidas cautelares también para evitar que la
tragedia sea de mayor magnitud?
Hay muchas maneras de afrontar un mismo problema y seguro que mirar por el innecesario acontecer de lo dramático es un modo de soltar el nudo que ahorca conjuntamente a una familia que quiere afrontar con responsabilidad estas situaciones. Pero para ello hay que respirar y una firma es sinónimo de supervivencia vital. ¿Qué menos esperar del Juez que desea administrar Justicia verdadera? No creo que nos hayamos vuelto inhumanos siguiendo el pie de una letra que se puede escribir torcida. Una firma a tiempo equivale a muchas vidas y así lo comuniqué en un texto dirigido al Ilustrísimo Sr. Juez D. Pablo Ruz, acerca de la situación al límite de Socorro Ruiz-Mateos quien vio embargados sus bienes sin estar imputada en ninguna causa.
Hay muchas maneras de afrontar un mismo problema y seguro que mirar por el innecesario acontecer de lo dramático es un modo de soltar el nudo que ahorca conjuntamente a una familia que quiere afrontar con responsabilidad estas situaciones. Pero para ello hay que respirar y una firma es sinónimo de supervivencia vital. ¿Qué menos esperar del Juez que desea administrar Justicia verdadera? No creo que nos hayamos vuelto inhumanos siguiendo el pie de una letra que se puede escribir torcida. Una firma a tiempo equivale a muchas vidas y así lo comuniqué en un texto dirigido al Ilustrísimo Sr. Juez D. Pablo Ruz, acerca de la situación al límite de Socorro Ruiz-Mateos quien vio embargados sus bienes sin estar imputada en ninguna causa.
http://laverdadocultadenuevarumasa.blogspot.com.es/2012/05/la-vida-de-inocentes-en-manos-de-un.html
Dios quiera que el criterio de la piedad sea también premisa de los que juzgan a seres de carne y hueso cuya identidad va más allá de un nombre en un papel.
No hay comentarios:
Publicar un comentario