SMS recibido. 23:19. 07-03-2013. Prepárate para la querella que te voy a poner. Joaquin Yvancos
Créeme, Joaquin, que no me ha llamado a sorpresa la amenaza de querella que acabo de recibir
en mi móvil. Antes de Cabo me exigió
100.000 euros en un acto de conciliación, porque mi aguzada observación de los
acontecimientos en los procesos concursales de Nueva Rumasa era tan atinada que,
vaya por Dios, acabó describiendo la realidad
penal por el caso Marsans.
No puedo culparme de ser persona íntegra, honrado en mis pareceres e intenciones, con el objetivo de desentrañar las grandes mentiras de la expropiación de Rumasa, defender al héroe que la sufrió y trabajar, muy duramente junto a él, para que se pueda anunciar un día el fin de la pesadilla que sufren tantos Inversores.
Quizá Ángel de Cabo no me conozca en mis rectas actuaciones-le pedí que pagara 20.000 euros, por las molestias causadas, con el fin de darlos a Inversores que están al límite de sus fuerzas-, tampoco
le importe precisamente a él, pero estoy seguro de que tú sabes con quién
tratas y reconozco estar en inferioridad de condiciones. No sé cómo de efectiva
puede ser la dignidad frente a la insidia, pero sabré defenderme de ti si tú no
aprecias mi trabajo por tan loables objetivos. Colijo entonces que los
Inversores te importan poco y toda buena excusa humanitaria puede refrendar la
fama de interesado inescrupuloso que te labraste en Nueva Rumasa. Testigos hay
muchos, también de tus andanzas sibilinas e irregularidades por las que estás
imputado.
De estar desavisado me habría sentido traicionado por esta
amenaza de querella, después de tantas horas de buena compañía, charlas,
estrategias jurídicas y actitudes de responsabilidad para trabajar
conjuntamente en pro de la meta que nos ha llevado incansablemente estos meses
a D. José María y a otras personas, dignas de su confianza, a encontrar
soluciones al drama de los Pagarés.
Al día de hoy se me antojan muy amargos los abrazos que dabas
al empresario que te encumbró profesionalmente, siendo quizá tu víctima sin que
advirtiera el riesgo de darte la oportunidad de la amistad.
Reconozco que me gustaba verte volcado en ayudar a demostrar
su inocencia, pero tu última maniobra cuestiona la veracidad de tus emociones,
consideraciones y aparentes aprecios a quien fue tu compañero de ruta
profesional durante 27 años. No puede entenderse semejante puñalada y que nadie
pudiéramos verte alzando el brazo que tan brutalmente impulsaría lo traicionero
de ti contra un confiado D. José María. No es cuestión de ser ingenuos, es tan
solo que se te abrieron las puertas del corazón, el mismo que treinta años
antes traicionaron tantos para expoliar un patrimonio ganado a pulso legal.
El tiempo pone todo y a todos en el lugar que corresponde.
A mí pretendes coaccionarme con una querella y tú sabes que ingresarás en
prisión. No sé si prosperará tu denuncia pero los dos sabemos que vivirás
experiencia carcelaria, por mucho que tus apariciones públicas pretendan conllevar
una falsa inocencia que debería desautorizar las acusaciones que pretendes
contra todo, acaso alzándote como adalid de Justicia, confuso, no genuino,
falsario y pícaro que da el pego hasta que llegue el momento de sentarse en el
banquillo para responder de imputaciones pendientes.
Te querellas contra mí, por decir la verdad; gracias,
Joaquin, no hay mejor modo para advertirme
que voy por buen camino:
http://laverdadocultadenuevarumasa.blogspot.com.es/2013/03/la-manipulacion-de-las-operaciones.html
http://laverdadocultadenuevarumasa.blogspot.com.es/2013/03/la-manipulacion-de-las-operaciones.html
No he sido yo el traidor. Un día te dije que si en tus
pretensiones personales se encontraba el daño contra D. José María, no dudaría
en plantarte cara y sacarte los colores por los actos que se disimulan con
tantos frentes abiertos; los que practicas para desviar la atención sobre tus oscurantistas
asuntos.
No habrán pasado escasos días cuando me he enterado de lo
bien resguardados que tienes tus proyectos pecuniarios haciendo tanto ruido de
artificio, mientras tiras con bala allá donde crees que nadie te ve. De mí no
puedes sacar un solo trapo sucio. Los tuyos, de requerir un lavado público, sí
podrían ser evidentes.
Que yo recuerde, ésta es la segunda amenaza de querella con
que te dignas a comunicarte, ya que hiciste mutis por el foro cuando intenté
pedirte explicaciones sobre la auto inculpación del 13 de Febrero. Me indigné y
me di cuenta de que no había lugar para más concesiones. Una vez más te has
descubierto, atacándome porque descubro el personaje oculto que conviene no mostrar públicamente.
No me molesta tu reacción ensoberbecida. A decir verdad me satisface que te moleste mi
noble actividad puesto que es señal inequívoca de que tus planteamientos no son
tan limpios como los míos. Mi sencillez, contra los complejos entresijos que
puedes ocultar, es de cristalinidad y limpieza de criterio y sobre todo por la
defensa de la Justicia verdadera.
Este momento en que te revuelves jurídicamente contra mí,
como quizá estás haciendo con todas las causas abiertas ajenas para solapar las
tuyas propias, es propenso a descubrir tus contradicciones legales y las que
presuntamente no lo son tanto.
Me acuerdo cuando Begoña, al principio de ponerme al
corriente de la situación, me dejó en la
puerta de tu casa para entrevistarme contigo cuando investigaba lo sucedido a
espaldas de D. José María con Nueva Rumasa. Entonces te dije a la cara que no
eras trigo limpio y te sonreíste como suele hacerlo quien otorga razón ante lo
evidente.
Siento mucho que no haya podido ser, tal como aparentabas que
fuera la relación de entrañable amistad con él.
No me sorprende una amenaza cuando he descubierto la manera
tan poco franca y manipuladora con que usaste la confianza ganada con D. José
María, para llevarlo el 13 de Febrero a firmar tan inicuo documento de auto
inculpación que conllevaba tu exculpación por la causa abierta de las presuntas
estafas de operaciones de palanca.
No me gustó descubrir el contenido del documento auto
inculpatorio que firmó el Sr. Ruiz-Mateos por esa capacidad de noble sacrificio
que siempre ejerció como modélico padre de familia. Lo que no fue nada modélico
y sí sospechoso es que le acompañases en un brindis por los tiempos pasados, a
tu buen y gran amigo benefactor y procurador de tus fortunas, para abrirlo
notarialmente en canal ante el escándalo de la luz pública. Porque no me parece
creíble que pensaras que no habría consecuencias, toda vez que, casualmente
será, prestos estaban El Mundo e Interviú para dar cuenta de la rúbrica de las
culpas que generalizaba la existencia personal y empresarial de un inocente D. José María
convirtiéndole en estafador auto confeso.
Reconozco que de todas tus triquiñuelas y estrategias del
despiste, este golpe de efecto era absolutamente maquiavélico, magistralmente
traicionero y efectivamente beneficioso para soltar el lastre que tan pesado se
te hace confesando ante D. José María, Begoña, Antonio Biondini etc. que estás
preparado y concienciado para ir a la cárcel.
Si tan sincera asunción de
responsabilidad delictiva tienes ¿qué haces yendo a todos los platós de
televisión manifestándote como inocente en este enmarañada trama de conflicto de
intereses donde los tuyos están en primera línea? ¿Acaso usas la angustia de
los inocentes para encubrir las responsabilidades que haces recaer solo sobre otros?
No me sorprende tu
imaginación para lograr la consecución de tus insaciables ambiciones. No
necesitaré más que la verdad para echar por tierra tus patrañas. Ponme a prueba
y verás qué extrañas son las hormas de los zapatos en quien menos se puede
esperar.
Me basta seguir defendiendo mis objetivos honrados, para
dejar al descubierto los tuyos, punibles judicialmente. No cambiaré mi
estrategia que consiste en no tener ninguna. No tengo doblez.
El 19 de Marzo sale editado un libro muy oportunista y en la línea de
tus argucias para distraer al respetable mientras la metes doblada por detrás.
Como crítico literario, de muy perspicaz análisis, escudriñaré las páginas de tu
obra: La Familia Ideal. Como portavoz de
D. José María estaré muy atento para que cobres protagonismo cuando quieras pasar
inadvertido y a eclipsarte por tus actos cuando quieras iluminar mendazmente
tus sombras.
Que me demandes por defender a un amigo que tú has pretendido traicionar, es un honor. Ahora, queréllate.
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