miércoles, 12 de diciembre de 2012

La incuestionable obra constructiva del Opus Dei


Cada uno es muy libre de profesar sus devociones religiosas, políticas y sociales. Así debería ser en pro de esa libertad tan anhelada que muchos que se consideran adalides de ella ignoran, criticando los afectos personales ajenos que se puedan poseer. El Sr. Ruiz-Mateos siempre ha manifestado las querencias por Dios, la Virgen y es defensor de la Obra de Escrivá de Balaguer. Las numerosas imágenes  religiosas en su casa dan fe de ello y no en vano siendo toda su vida, como así dice,  guiada por lo providencial.

Son muchos los enemigos que D. José María se ha creado durante su largo bagaje profesional y son tan numerosos como los que por acción u omisión se han beneficiado de la gran obra empresarial y financiera de su esforzado trabajo.


     Con todos esos cerriles y envidiosos adversarios, ningún arma ha pretendido ser más devastadora contra su persona que la manipulación informativa. Así fue en el pasado y desgraciadamente sigue siendo el mismo modus operandi en el presente.


    Quien dice que D. José María arremete contra el Opus Dei, está tergiversando cuestiones que están muy lejos de la voluntad del empresario pues todo el mundo sabe que siempre valoró la obra de San José María Escrivá de Balaguer. No perteneciendo a ninguna afiliación religiosa, me admiro de la devoción práctica e inteligente del Sr. Ruiz-Mateos cuando habla de su reconocimiento por el apostolado del Opus Dei, como la Obra constructiva y alentadora que ha dado mayor calidad humana a la sociedad española.


     Sobre la expropiación delictiva de Rumasa siempre ha apuntado a la culpabilidad manifiesta de Luis Valls Taberner, presidente del Banco Popular. Aquel engañador fue quien aconsejó y guió a D. José María hacia la brutal trampa en connivencia con el recién llegado Felipe González que carente de moral elemental, como sus correligionarios de Gobierno, saqueó criminalmente el Holding descubriéndose 13 años después que no hubo ninguna razón jurídica y económica para la expropiación.


    Que Luis Valls Taberner perteneciera o no al Opus Dei es absolutamente indiferente, pues no se puede responsabilizar a un colectivo de las insidias personales de un Taberner o de un Termes cuyas concomitancias con el Banco Popular sí los hacían sospechosos de especulación delictiva, habida cuenta de los grandes beneficios en el reparto de los bancos de Rumasa que se llevó la gran banca con el Popular a la cabeza.


     El Opus Dei está conformado por representantes íntegros que entonces, como ahora, eran completamente ajenos a las andanzas estafadoras de cuantos se arrimaron al banquete de las bestias insaciables que se enriquecieron, engañando a toda la ciudadanía, y convirtieron en víctima con indefensión a un Ruiz-Mateos que no se arredra ante la corrupción generalizada de un país que nada tiene que ver con la función apostólica del Opus y los grandes beneficios procurados a la sociedad desde su fundación.


       La intensificación de la petición de Justicia deviene de la corruptela generalizada de un país que toma como vergonzante ejemplo, continuado, la denegación de los derechos legítimos que asisten a D. José María como damnificado del atropello criminal ejercido un 23 de Febrero de 1983, con una descarada treintena de años transcurridos en absoluta indefensión. No hay Justicia, no hay Ley, sí mucha hipocresía y un cinismo destructivo que da cuenta del destino de los españoles.  No hay certeza de vivir en un país de rectitud democrática; la expropiación lo demuestra de manera canallesca y silenciada. 


      Recientemente, Ángel Moya, reputado periodista de investigación que trabaja en Las Mañanas de Cuatro, realizó una entrevista a D. José María con un desafortunado titular durante la emisión del programa, que daba a entender que el empresario responsabilizaba al Opus Dei de la criminal expropiación. Nada más lejos de la verdad y de la intención del empresario que considera culpable a Valls Taberner y Rafael Termes, entre otros, de la orquestación de la asolación del Holding, confabulados con el execrable felipismo, al margen de que pertenecieran a la Obra religiosa. 
      Ovejas negras hay en todas partes y no por ello se ha de oscurecer a todo un rebaño.

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