La
apariencia engaña, es cierto. El refranero compila esa sabiduría
popular que con el tiempo conforma un conocimiento arraigado en el
sentido común, del que se dice que es el menos común de todos los
sentidos. Esa apariencia engañosa es la que los necios aceptan como
verdades pues no hay peor consejo de justicia que la soberbia y creer
que se está en posesión de la verdad. En España somos muy dados a juzgar
lo que desconocemos y peor es que el juicio equívoco se base en lo
aparente, sin uso de prudencia ninguna y prescindiendo de humildad.
La necedad es así de concluyente: Juzga sin saber y condena
por ignorancia. José María Ruiz-Mateos lo sabe bien pero no por ello
pierde un ápice de la dignidad que le caracteriza pese a las traiciones
lejanas y allegadas o las trampas de sucios enemigos encubiertos tras
una hipocresía especulativa que afecta a todas las instituciones,
especialmente a la Justicia.
De
no ser por prohombres como Ruiz-Mateos, la evolución del mundo hubiera
dependido de gentes como sus detractores. Desde siempre, grandes hombres encontraron en su
camino incomprensiones, traiciones y sacrificios, para canalizar la evolución de la que se han
beneficiado miles de millones de seres humanos que son este conjunto
colectivo de Humanidad al que pertenecen también los idiotas.
Desde
que tomé como labor de entrega la búsqueda de Justicia verdadera y el
camino para responder por miles de inversionistas y trabajadores- como
así desea y trabaja por ello incansablemente el Empresario-, buscando
soluciones allá donde otros zancadillean creando falsedades y engaños
aparentes, he encontrado mucho idiota. Muy a propósito del juicio
popular desconocedor de muchas verdades, he encontrado mucha idiocia,
mucho juzgador de apariencias, muchos resentidos sistemáticos, dignos
payasos- porque al menos causan alguna gracia- y no menos desgraciados,
con apariencia payasa, que ni sirven para propiciar gracia ni generar un
bien social como pretenden aparentar. España es un circo donde todo el
mundo se quiere montar un numerito amañando circunstancias, situaciones o
dramas humanos. Todo sirve para aprovechar la coyuntura y
paradójicamente los payasos, en ocasiones con caninos muy afilados, son
respetados como hombres honorables siendo los hombres honorables tomados por
payasos.
Muchos
engañados por las apariencias suelen creer que José María Ruiz-Mateos
es fiel reflejo del escenario de esperpento que montó inteligentemente
para denunciar el crimen y la canallada estatal de la expropiación de
Rumasa a punta de metralleta. Lo cierto es que la estrategia dio
resultado porque permanece en la memoria colectiva de España. Solo los
necios pueden creer que se levanta un Holding haciendo payasadas,
obrando con trampas, dirigiéndose por la vida con oscuras maniobras o
moviendo comas a ver si cuela y se paga menos a Hacienda. Hay que ser
imbéciles; en realidad ser el conjunto de un espíritu de idiotez
colectiva que refleja fielmente la, acertadamente llamada, televisión basura.
Los
españoles ignoran que José María Ruiz-Mateos, hombre generoso,
providencialista y que siempre miró por el bien de sus semejantes, otorgó más que generosas
donaciones de miles de millones de pesetas, en ocasiones con mil
millones de un solo pago. Ignoran que cedió tierras y compartió con los
más necesitados las ganancias generadas de su genio empresarial.
Desagradecidos como malnacidos también abundan. Un día detallaré esas
obras benéficas multimillonarias que el Empresario prodigó sin que su
mano derecha pretendiera saber lo que hacía la izquierda.
Pensar
que hizo una emisión de pagarés con el fin de apropiarse del dinero, es
solo característica de mentes simplistas que en nada se ajustan a la
realidad. José María Ruiz-Mateos continuaba al timón de Nueva Rumasa
después de que el Banco de Santander incumpliera el crédito con que se
financiaba el Grupo. La intención era seguir el desarrollo empresarial y
corregir esos errores de gestión que su hijo Pablo reconoció una vez
producida la quiebra. El error de gestión principal pudo ser debido a
que la filosofía del Grupo no contemplaba el despido de trabajadores,
consciente de la importancia del empleo y el drama del paro. Se hizo
todo lo posible para intentar evitar que los trabajadores quedaran
desasistidos, pero acechaba una traición interna.
El tiempo dará claridad a los nombres que se resguardan tras la identidad del empresario, presentado como cabeza de turco por su dignidad ante las responsabilidades que acata con una entrega sacrificada por la nobleza de sus actitudes que distan mucho de la malignidad de sus traicioneros enemigos. No pocos son los que se benefician con las confusiones, pero es seguro que cada uno acabará en el lugar que le corresponde, siendo espacio de honradez sin tacha el que ocupa José María Ruiz-Mateos, más allá de quienes le juzgan con ligereza por una equívoca apariencia... tal cual sucedió de manera menos sutil un 23 de Febrero de 1983.
Lo que se pretende ocultar sobre las razones legales y rigurosamente legítimas para proceder a pagar la indemnización de la expropiación de RUMASA, ejecutada delictivamente en 1983:
Razones legales y legítimas ocultadas sobre la indemnización de RUMASA.
Razones legales y legítimas ocultadas sobre la indemnización de RUMASA.
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