martes, 9 de mayo de 2023

JUICIOS NUEVA RUMASA. IV- Juicios de Nueva Rumasa, balance de una década. Entrevista a Ignacio Fernández Candela. Por Javier Navascués

 


ÑTV ESPAÑA: https://ntvespana.com/02/02/2023/juicios-de-nueva-rumasa-balance-de-una-decada-entrevista-a-ignacio-fernandez-candela-por-javier-navascues/

Juicios de Nueva Rumasa, balance de una década. Entrevista a Ignacio Fernández Candela, por Javier Navascués

Los juicios de Nueva Rumasa están por celebrarse y, según las medidas tomadas para agilizar los trámites, prontamente. Cuanto antes,  porque son miles de damnificados los que esperan más de una década en piezas separadas y la macro causa, sin que la Justicia haya satisfecho la menor necesidad.

Hablamos con  Ignacio Fernández Candela, columnista de NTV ESPAÑA, otrora portavoz y director de comunicaciones de D. José María Ruiz-Mateos los últimos años de su vida, a modo de balance circunstancial cuando parece que se acerca el momento de celebrar tan esperados eventos judiciales. 

¿Por qué acabó fracasando la exitosa RUMASA?

Por causas ajenas al empresario y financiero que fue expoliado ilegalmente en 1983 quedando exculpado de toda imputación en 1997, constatando el Tribunal de Estrasburgo la indefensión de la víctima. Además, en 1999 se dictaron dos autos del Tribunal Supremo por el que se debería haber devuelto un patrimonio valorado en 3 Billones de las antiguas pesetas a falta de una consolidación de balances que jamás se realizó, del mismo modo que nunca se celebró un juicio para dirimir responsabilidades penales contra el latrocinio perpetrado por los dirigentes del PSOE.

A esto hay que añadir la traición sufrida a manos de Luis Vals Taberner y Rafael Termes, presidente del Banco Popular y presidente de la Asociación Española de la Banca, respectivamente, a quienes denunciaba por haber sido engañado para llevarlo a la trampa de la expropiación.

Las causas de la caída de Rumasa son artificiosas y originadas en la corrupción socialista que con el tiempo ha terminado pudriendo las instituciones, pues del mismo y muy reiterado modus operandi,  como sabe toda España,  han impuesto los socialistas su razón de ser política como encubrimiento de continuadas intenciones delictivas.

800 empresas y 23 bancos, junto con 1.000 sucursales, fueron expoliados para comprar el silencio de la judicatura, la prensa, la banca, la política y de cuantos carroñeros se acercaron al banquete de los miserables para obtener beneficio de la injusticia.

Después de una recuperación prodigiosa con Nueva Rumasa llega una caída que arrastra a miles de inversores. ¿Qué sucedió?

Reivindicando el juicio justo que jamás se celebró por la conspiración de tantos interesados,  beneficiados que se cuidaron rastreramente de ocultar durante décadas la verdad del expolio delictivo de Rumasa, D. José María Ruiz-Mateos funda el Grupo de Nueva Rumasa conformado por numerosas empresas competitivas y pujantes,  progresando sustancialmente en áreas y servicios similares a los de Rumasa antigua, eso sí, en menor medida y sin poder gestionar bancos. Por eso el Grupo depende de grifos crediticios ajenos que suponen una grave carencia de autonomía, aunque se demostró que ninguno de los 23 bancos que se expropiaron sirvió para pertrechar de capital las propias empresas. Nueva Rumasa es una corporación que crece con solvencia hasta que en el 2004 el empresario se ve obligado a ceder su herencia empresarial al ser diagnosticado de Parkinson. Ante el previsible deterioro cognitivo y merma de sus facultades, delega responsabilidades y queda a modo de presidente honorífico que tomará decisiones en función de gestiones ajenas de su control. Con el tiempo aquella decisión obligada por su salud se saldará con el funcionamiento paulatinamente deficitario del Grupo cuyo equipo directivo fue sustituido por personal sin la experiencia, conocimientos, ni pericia exigibles para dirigir una corporación de inmensa y exigente complejidad con 10.000 empleados de los que se pagaban un monto de 40 millones en cotizaciones sociales.

Las causas de la debacle eran muchas y variadas como la caída de las ventas; reducción de márgenes; el incremento del precio de las materias primas y, principalmente, una gestión durante años que se parcheaba hasta que no se soportó más la pérdida constante de beneficios dependiendo solo de crédito.

D. José María Intentó todo lo posible con medidas perentorias: cuando tomó el mando solicitó como medida defensiva un preconcurso ante la eventualidad de una petición de concurso por parte de algún acreedor, y abrió un periodo de cuatro meses con el fin de reestructurar el Grupo y garantizar la viabilidad futura para el cumplimiento de la totalidad de los compromisos. Sin embargo, los daños eran mucho más graves que lo que supuso, según los  datos inciertos que le facilitaban.

Previamente con un valor en activos de 6.000 millones de euros y una deuda de 1200, el Banco de Santander y su filial Santander Factory  Confirming cierran el grifo crediticio con una más que cuestionable y drástica decisión de Botín, pues existían esos activos suficientes para avalar una financiación controlada, y cunde la alarma de modo que el empresario encaja con sorpresa las emergencias que le impiden tomar a tiempo las decisiones. Le desinforman acerca de la situación del Grupo que todavía puede salvarse con una emisión de pagarés, la que toda su vida había gestionado con la satisfacción de los inversores, incluso después de la expropiación. Toma la determinación de arreglar la crisis recibiendo supuestos de balance erróneos, sin sospechar que la situación es irreversible.  De saberlo, jamás hubiese brindado su garantía personal públicamente, pero desconocía el calado del hundimiento. Así, involuntariamente, concita la atención de los tenedores de los pagares que se entramparon a su vez que el empresario comprobaba las falacias que le empujaron a un callejón sin salida.

¿Cómo aceptó D. José María Ruiz Mateos la mala gestión de sus hijos?

De ningún modo lo aceptó sino que lo soportó con disciplinada templanza que de vez en cuando desbordaba sus emociones como padre.  Intentó comprender la pesadilla en que estaba sumido con el conocimiento de un declive inmerecido y procurado más allá de la voluntariedad de sus obras que siempre intentó rectas, proporcionales a las medidas que tomó en una batalla singular contra el Estado que le había estafado en conjunto y arremetido contra su imperio empresarial y financiero, ilegalmente y a punta de metralleta.  

Aunque luchó hasta el final por salvar lo insalvable, le acabó costando la vida…

Acometió un proyecto financiero, jurídico y empresarial, como informé en un reciente artículo, pactado con un lobby patrimonial suizo, alemán y canadiense,  cuya supervisión legal en España estaba a cargo del jurista  D. Antonio García Trevijano. Las fuerzas eran exiguas entrado en años y con el acecho permanente de un Parkinson que mantenía, unas veces más que menos, a raya con la medicación. Más era el daño de lo que entendía como profunda traición en un ambiente hostil público y privado. Cada día era un pulso a su resistencia vital cuando en espíritu se consumía, en tanto luchó con proyectos para procurar pagar a miles de Inversores con los que habría cumplido si otros hubiesen culminado su compromiso. Por otro lado, con solo el valor de la Finca de la Almoraima que le robó el conjunto institucional del país por el que trabajó y que tanto le traicionó, todas las deudas se habrían pagado. Aquellas reflexiones de insultantes contrastes minaban su energía diaria, para amanecer con renovados bríos por el único objetivo de arreglar lo arruinado. Al final no pudo resistir el peso de la edad, con las más nefastas circunstancias que jamás imaginó cuando menos podía defenderse.

¿Por qué ha tardado tantos años el juicio sobre Nueva Rumasa?

Espero que no por la misma razón corrupta que por la que jamás se celebró un juicio justo sobre la expropiación, el expolio delictivo de Rumasa. De vergüenza ajena es la ralentización en los despachos desbordados de causas pendientes, siendo característica de nuestra Justicia la lentitud y la aparente desorganización que tarda décadas en cumplir con su cometido institucional. Otros achacan a voluntariedad el estancamiento, incluso de piezas separadas de la macrocausa que supondrá dirimir las responsabilidades de Nueva Rumasa. No se entiende profesionalmente que cumplimentados todos los trabajos jurídicos, se frene la dinámica natural para que los documentos lleguen a la mesa de un juez. 

¿Hay dinero para pagar a todos los damnificados?

Cuando saltaron las alarmas sobre la emisión de pagarés hubo una inmediata intervención de la Justicia que embargó 220 propiedades de la familia Ruiz-Mateos por un valor, según las auditorías que se practicaron, de 300 millones de euros. Los activos del Grupo contaban con 6.000 millones de euros y sólo 1.200 millones de deuda hasta que se cercenó el crédito bancario. Aquellas medidas preventivas fueron una «arrancada de caballo y parada de mulo», puesto que de la emergencia social se pasó a la mayor indiferencia por solventar la extrema situación de muchos damnificados. La Justicia parece deshumanizada y arbitraria, al margen de la función social ante urgencias humanitarias o en la oportunidad de paliar tragedias, pero no deja de ser una lotería cuando también puede ser justa.

Se dice que antes que los Inversores están las deudas con la Administración y los proveedores pero se contempla la posibilidad de que el Estado resulte como responsable subsidiario al consentir la Comisión del Mercado de Valores aquella emisión insolvente de pagarés reaccionando tarde y mal. Si se llevan a cabo trabajos judiciales es porque existe la posibilidad de que un tribunal falle a favor de los perjudicados. Está por ver, pero será un laborioso triunfo si se cumplen las expectativas.

¿Confía en que se acabará haciendo justicia?

De la única Justicia que estoy seguro es el árbitro que recoge la cosecha de cada siembra cuando llega el último suspiro. Del momento final en lo terreno ni los jueces se libran. Sé que José María se fue ligero de esa carga, males ajenos que le lastraron toda su vida no siendo responsable a pesar de las inicuas apariencias. No me gustaría estar en la piel de los que imparten Justicia sin saber las consecuencias de sus decisiones. Como Pumpido y compañía dispuestos a no abstenerse en el ahora sectario Tribunal Constitucional respecto al recurso del aborto. En cada cuál subyace la recogida de lo que ufanamente se extiende como un semillero de futuro, o intemporal, llanto y crujir de dientes. 

Pero cabe la posibilidad de que tanto sacrificio sea compensado por una Justicia ecuánime que ate los cabos legales para que los damnificados accedan a la indemnización que les corresponde, después de más de una década de desatenciones.

¿Se cumpliría así el deseo de D. José María de no deber nada a nadie?

Él esperó el juicio de los hombres en la confianza de la Justicia Divina. Era un hombre esencialmente providencialista pero comprendió que el premio no está durante el viaje por este Valle de Lágrimas. Su conciencia se sabía exenta de responsabilidad en la trampa de los pagarés y del mismo modo quedó atestiguado por las investigaciones de la UDEF pese que a una mano negra, real y encubierta, condenó siempre el intento de su prestigio personal y profesional con especial porfía en los años finales de su vida. 

En realidad, su deseo quedó cumplido expresamente a pesar de responsabilizarse de pagar lo que otros deben; esta es la clave de su liviana conciencia cuando se fue: que una cuestión es responsabilizarse por pagar y otra ser culpable por no haberse pagado.

Siempre destaco de su incombustible y proverbial bálsamo de consuelo y de Justicia Divina, aquella frase que llevaba grabada a fuego en su ser: » A pesar del dolor, por muy duro que sea, si Dios lo quiere así, AMÉN «.

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