Es de agradecer profundamente el apoyo de unos Inversores que, lejos de obstaculizar el trabajo que desarrollamos para solventar la problemática de los Pagarés, nos aleccionan y ayudan moral e inteligentemente al avance de los procesos puestos en marcha con el objetivo exclusivo de erradicar la crisis actual.
De
ellos hemos recibido gratificantes ánimos y el empeño práctico de un
refuerzo en las ideas, conscientes de que en el deber de defender a D.
José María Ruiz-Mateos, se implica la solución a sus propios intereses
como Inversionistas, como así me dicen ellos. Leoncio y Julio conocen
muy de cerca, desde hace treinta años, el carácter íntegro y de
excepcional trabajador que siempre desempeñó D. José María. Así pues no
les extraña la coyuntura actual con el grado de corrupción política que
se ha extendido sin freno desde los tiempos felipistas. Ellos me esbozan
la idea para comunicar, mediante un artículo más, la poca claridad
provocada por una Ley trampeada donde la influencia política ha
atravesado los límites de la legalidad para justificarse con la
politización de los tribunales:
Clarificar la corrupción política y financiera del socialismo en España
Pongamos las cartas boca arriba sobre la mesa de la corrupción política y financiera auspiciada desde los tiempos del socialismo que encabezó como un vulgar mafioso el vergonzantemente considerado prócer de la patria: Felipe González. De esta raíz pútrida ha crecido el árbol torcido de la criminalidad encubierta, cuya disposición a la demagogia ha arrastrado a millones de ciudadanos a ser impulsores, mediante voto electoral, de los dramas y las ruinas colectivas que el engaño ha generado durante treinta años de muy imperfecta democracia.
Los ciudadanos no solo desconocen la letra pequeña del contrato social de lo constitucionalista, sino que ignoran las leyes más elementales que se han manipulado en la práctica dejando en papel mojado el orden por el que se supone que todos debemos regirnos. Esas leyes por las que se obliga a los ciudadanos, con absoluta impunidad sirven para la renuncia de la responsabilidad adquirida de la clase política y estamentos de poder que han terminado abocando a una crisis sin precedente a todos los españoles.
Existen muchos cambalaches de rasgos delictivos avalados por una Justicia que mira a todos lados menos al origen de las irregularidades. Acaso podría decirse que la Justicia se financia de la banca bajo el amparo del poder político flexibilizando la estructura legal, tan maleable como la improvisación del logro de las ambiciones que puedan antojarse para beneficiar a la siempre favorecida casta de poder proveniente del socialismo, mayormente.
No es explicable la condonación de las deudas a los partidos políticos como una aberrante disquisición en detrimento de los ciudadanos que han de cumplir con el compromiso de sus deudas en mucha menor cuantía pero mayores consecuencias en caso de impago. Esas condonaciones, de carácter irregular y a cambio de favores inconfesables a la luz pública, supone una violación expresa de La Ley de Financiación de Partidos en su artículo 3/87.
Como ejemplo de esta sucia traición a los intereses legítimos y comprometidamente obligados de los ciudadanos, La Caixa canceló una deuda 7.1 millones de euros al Partido Socialista de Cataluña, uno de los elementos del perjudicial tripartito que arruinó las expectativas económicas de Cataluña.
En Marzo de 2006, dos años después de la matanza del 11-M que facilitó impunemente la peor gobernabilidad del inefable zapaterismo, el BBK condonó 21 millones de euros al PSOE. Si un directivo de empresa aprovechara su puesto para liquidar deudas usando el capital del sitio que le contrata, sería tratado como estafador de baja estofa. Ante la influencia política del socialismo todas las actividades delictivas se han justificado usando los poderes legislativo y judicial para favorecer al ejecutivo. Si además en ese espectro de beneficiados se incluye a la banca, con el beneplácito del Banco de España, podemos remontarnos a la expropiación delictiva de Rumasa perpetrada por un socialismo desde entonces acostumbrado a relativizar el orden y la Justicia para obrar delictivamente y sin disimulos con el apoyo de la corruptela generalizada sumisa al poder político de turno.
El mismo socialismo que acusa a los ajenos de corrupción, se hizo auto condonar, las deudas contraídas durante 19 años con el Banco de Santander por valor de 12 millones de euros. Es muy paradójico que una pandilla acostumbrada al latrocinio con la excusa de la justicia social y demás zarandajas demagógicas, haya endeudado a un país hasta el punto de abocarle a un rescate, en tanto ésta ha saneado las cuentas obligando al perdón de las deudas a cambio de favores institucionalmente corrompidos en ese juego sucio que se ha traído siempre el socialismo arrimado a la banca.
Con todo lo que de rastrero posee el sistema instaurado de la corrupción política-que lejos de esconderse ha obrado las artimañas a la luz pública manipulando la ley para conseguir propósitos sectarios-, el descaro con que se ha robado ha sido propio de sinvergüenzas que no se han escondido, pretendiendo legalizar las estafas bajo la imposición y el chantaje que han conseguido niveles de bajeza como el demostrado por el Tribunal Constitucional que avaló el saqueo delicuescente del Holding Rumasa del que se han enriquecido de manera vitalicia Felipe González, Miguel Boyer y todos cuantos se arrimaron, banca incluida, para repartirse el botín-muy seguramente con los jueces comprados-con prebendas por valor de 18.000 millones de euros.
¿Qué tienen de honorable, delincuentes habituados al engaño que han usado el poder político para estafar con el beneplácito de una justicia trampeada y una banca sumisa, esperando favores ocultos que los ciudadanos terminan pagando con deudas propias y hasta de las ajenas de los que las endosan cuando llegan a gobernar?
¿Qué posee de legítimo, que no sea el saldo de sus engaños con caracter de criminalidad, un socialismo que se hace condonar las deudas dilapidando las arcas estatales con monsergas legalizadas en contra de los intereses de los ciudadanos que ahora están obligados a pagar desmanes, deudas condonadas y el robo del PIB como ya lo hizo el felipismo hace treinta años?
¿Por qué los bancos no denuncian a los partidos políticos y ejecutan las deudas contraídas? No solo no se disimulan los favores recibidos sino que a Nueva Rumasa-como paradigma del tejido empresarial español que han asfixiado durante las legislaturas socialistas- los bancos cierran los créditos concedidos para provocar una quiebra con 10.000 empleos en el limbo de la desintegración; ese cierre de crédito provocó, en primera instancia, la falta de liquidez de los Inversores y el estrangulamiento de una parte de la economía del país. Es repugnantemente escandaloso que a los partidos visiblemente causantes de la ruindad institucional y económica que padecemos, se le condonen las deudas sin crear un solo puesto de trabajo.
Es realmente asqueante que algunos sindicatos se nutran de ese saqueo sistemático para engrosar sus cuentas a cambio de generar inestabilidad social y abandonar al infortunio de la incertidumbre a millones de trabajadores y con ellos el futuro de un país.
¿Por qué el Banco de España, en aras de la tan mentada cristalinidad de las cuentas públicas que nos conciernen a todos, incluidos las víctimas de este latrocinio permitido, no publica que los partidos políticos deben, desde el 2007, 226 millones de euros?
El Gobierno actual del Partido Popular- al que se le debe la audacia para esquivar el rescate que hubiera hipotecado nuestro potencial económico de por vida- ha inyectado a la Banca 52.500 millones de euros con dinero público y de Rumasa no se ha pagado ni un euro del brutal expolio, demostrado delictivo con la exculpación del Sr. Ruiz-Mateos. No se ha reintegrado un solo euro por la asolación de 23 bancos y 800 empresas que fueron repartidas por los forajidos del felipismo y con los múltiples convidados al banquete de la depredación. Por la absoluta impunidad de los orquestadores de la criminal expropiación, el Estado español, aprovechando que el sectarismo socialista ha desgastado su credibilidad arruinando de nuevo a los ciudadanos, debe esclarecer dónde fue el patrimonio de Rumasa y quiénes fueron los beneficiados del engaño institucional que han servido en bandeja millonarias especulaciones y comisiones ocultas de cuantos favorecieron la vil canallada contra un empresario íntegro.
Galerías Preciados fue regalada por 1.000 millones a los amigos de Felipe González, quienes revendieron la empresa por 30.000 millones de pesetas al poco tiempo. Un pelotazo gansteril permitido por una justicia parcializada cómplice del delito.
Un árbol torcido acaba por quebrarse. El peso de los delitos que el PSOE ha ejecutado sin punición, es la condena al crecimiento que acabará dando de bruces en el suelo. En España se ha talado poco la rama podrida de la actitud delictiva tras los atriles políticos.
No puede extrañarnos el extraño designio pseudo democrático que nos aboca a la aniquilación de nuestras libertades, dejando tantos misterios con rúbrica de un socialismo destructivo que aún pretende arrollar los derechos legítimos de un Gobierno elegido que puede sentar las bases de una legalidad deseable, abortando de raíz el pretexto delictivo de vulgares criminales que bajo la excusa política han arrasado con todo el código penal, usando la misérrima excusa de la lucha de clases para llevarse el mejor bocado del rendimiento nacional por el que se creen moralmente legitimados para esquilmarlo.
Galerías Preciados está valorada, por retasación, en 1 Billón de las antiguas pesetas; la Finca de la Almoraima en 51.000 millones de pesetas. Con poco de Justicia se solventaba cualquier problemática actual. Algunos argumentan que el suma y sigue del criminal saqueo felipista podría haber conllevado la legitimidad de la violencia, puesto que en España por mucho menos se ha matado y por condicionar la política del país se ha destrozado la vida de muchas personas quedando a salvo los responsables de crímenes pagados, encubiertos e insoportablemente impunes con que han acostumbrado a tragar todo tipo de inmundicia demagógica a las únicas víctimas de estas manipulaciones: ciudadanos como D. José María Ruiz-Mateos, cuyas circunstancias demuestran que la regeneración democrática pasa por la valentía de arrancar la mala hierba y encausar a los estafadores que han determinado la existencia de un Estado, con poco de derecho y mucho de recorte de libertades, para subyugar al sufrido ciudadano harto de tanta estafa histórica que va para tres décadas.
No es extraño que el socialismo imperante-da igual si democráticamente o no- se dé prisa por arrebatar el poder al Partido Popular. Solo se condonan las deudas contraídas con el aval del poder y seguro que hay mucho por pagar de los servicios prestados por la corrupción institucional que suele caracterizar el paso del mal llamado progresismo por el gobierno de la nación.
La regeneración democrática pasa por clarificar los casos de corrupción y criminalidad del país en manos del socialismo. Es muy raro que hayan quedado tantos misterios sin resolver cuando todo el mundo sabe quiénes son los causantes de los daños. Mientras sigamos engañándonos, la paz de los españoles estará al borde del abismo. Basta de impunidad para los de siempre. Delincuentes, los de verdad e impunes hasta ahora, a la cárcel. Basta de homenajes y fanfarrias a los ruines que han convertido España en la oportunidad de la estafa permanente.
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