miércoles, 3 de octubre de 2012

Pese a las dificultades, adelante



Creo que no existe mejor disposición de nobleza que una declaración de intenciones acompañada de la práctica de las obras. D. José María siempre convirtió en premisa la acción acompañada de su palabra. En esta ocasión, en que lucha por resolver el drama de tantos inversores, sus directrices empresariales y personales no van a variar.

Hace unos días se ha manifestado Joaquín Yvancos, después de anunciarse la expulsión del Colegio de Abogados por vulneración del secreto profesional, y no ha dicho mentira cuando dijo que se reunió  para comunicarle D. José María que estaba dispuesto a todo para pagar definitivamente a los Inversores usando marcas, que valen un montante muy elevado, e inmuebles sin reservarse nada hasta solventar la situación.

De aquella reunión salió la entrevista con los representantes de de Cabo-si bien hubo que forzar a que accedieran mediante un comunicado de prensa- y todo poseía visos de acuerdos que se han malogrado en cuestión de días, al menos en la facilidad original, obstaculizando la devolución con peregrinos pretextos que dejan en evidencia el oscurantismo practicado con las sociedades en el tiempo en que han estado durante un año bajo las diligencias de Back and Business.

No es descabellado pensar que pueda existir algún tipo de acuerdos desconocidos, que podrían verse perjudicados con la legítima exigencia de que se devuelvan las sociedades bajo el único criterio directivo del Sr. Ruiz-Mateos.

Pese a las dificultades, el interés primordial por los Inversores es lo que impulsa la resuelta exigencia de una devolución que debería estar rindiendo en favor de los acreedores de los Pagarés. Del modo que era esperable por los acuerdos alcanzados con de Cabo en respuesta a los Inversores, de haber existido reflotamiento se debía cumplir con el compromiso adquirido de pagar a Inversores. Ahora dicen en Back and Business que la devolución conlleva obligaciones... obligaciones que de ningún modo se deberían dar. Asimismo, aparecen en liquidación sociedades con buen rendimiento en estos últimos meses. ¿Cuál fue la intención original de de Cabo cuando parece que jamás fue a hacerse cargo del pasivo y cumplir con los acreedores?

El hecho de que aparezcan ahora tantos factores que entorpecen la operación, es la evidencia de que alguien no quiere perder los beneficios derivados de la gestión de Nueva Rumasa en manos del llamado liquidador, por muchos,  Ángel de Cabo.

Lo que lleva a preguntarse públicamente ¿Quién gana, además de de Cabo,  si pierden los Inversores?

En tanto, D. José María sigue buscando respuestas-por otros cauces- y no abandona el empeño legítimo de que regresen a él las sociedades que, bien gestionadas, pueden ofrecer absoluta viabilidad.

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