Este verano declaraba en un programa de televisión sobre la canalización de las posibilidades empresariales para responder por los intereses de los Inversores. Tanto insistí sobre el referente de "canalizar" para posibilitar una solución que erradicara el drama de los Pagarés, que los periodistas presentes en plató se vieron desconcertados y hasta soliviantados por reiterarme en mis declaraciones.
Semanas
después se celebraba una reunión en las oficinas de D. Ángel de Cabo en
Madrid, con el objetivo de la devolución de las empresas a D. José
María dispuesto gestionar personalmente la crisis de los Inversores.
Entonces pudo comprenderse mi reiteración acerca de esos canales que
había anunciado sin decir de qué se trataba en concreto. Unos días antes
de la primera reunión, el 4 de Agosto, realizamos un comunicado de
prensa advirtiendo de la intención de recuperar las empresas que habían
sido cedidas un año antes, sin el beneplácito del empresario aun con la
exigencia contractual de que se respondieran las demandas y necesidades
de los tenedores de Pagarés. Informábamos también del incumplimiento de
dicha exigencia y de que, en caso de ser positivo el acuerdo, la
titularidad sería única y exclusivamente del empresario.
El
lunes 17 de Septiembre, envié otro comunicado a los principales medios
de comunicación ratificando la buena marcha de las negociaciones, con
una segunda reunión fechada el 13 de Septiembre, que derivaba en un
acuerdo verbal de compromiso-con entrega de un listado de las sociedades
que compró simbólicamente por un euro cada una el Sr. de Cabo-, con
disposición de llevar a buen término el cambio de titularidad.
Solo
existe un objetivo y es el de la respuesta hacia las necesidades de los
Inversores. Se anunció que se iniciarían los análisis y viabilidad de
este proyecto de rescate para sopesar las posibilidades, con uno de los
planes, entre otros, sobre los que se está trabajando actualmente.
El
plano de situación podría ser cambiante y generar un movimiento tan
necesario para solventar muchas perentorias necesidades de tantas
personas que inviertieron en Pagarés. Sin embargo, comenzaron esas
contrariedades inexplicables de última hora que anunció la difusión de
un comunicado de de Cabo, donde se viene a decir que la operación de esa
devolución no es tan fácil como en principio hicieron creer y el anuncio
de, no ya la probable especulación este último año con Nueva Rumasa,
sino también la intención lucrativa de pedir una cantidad,
previsiblemente desorbitante, para devolver las empresas con la excusa
de que hay que abonar las inversiones que han conseguido el buen
funcionamiento de varios hoteles y otras empresas con prácticos rendimientos pecuniarios.
De ser así, se entendería la querella de de Cabo contra el Sr. Ruiz-Mateos alegando que las empresas estaban desinfladas, como si no hubiese existido una previa due diligence para analizar los riesgos de aquella venta por el precio simbólico de 1 euro por sociedad; explicaría la intención de llevarse las empresas sin abonar ningún coste y la falacia judicial de una querella para encubrir el enriquecimiento que supuso que Nueva Rumasa pasara a manos de Ivan Losada.
El único gasto que debería generar la devolución es el de Notaría por la tramitación. Todo lo demás entraría en conflicto frontal con el interés primero y último de estas operaciones que solo persiguieron y persiguen la respuesta práctica ante los tenedores de Pagarés.
Es obligado recordar que de Cabo no quiso recibir a los representantes de D. José María, hasta que emitimos un comunicado de prensa exigiendo las devoluciones por incumplimiento de contrato. De inmediato, las oficinas de la C/ Serrano, 41, abrieron sus puertas por el evidente perjuicio que supone el conocimiento público de las actividades derivadas de las gestiones de Back and Business. La respuesta ante la exigencia no parecía entrañar ninguna complejidad, porque hubiera sido también palpable cualquier resistencia primera con los medios de comunicación prestos a informar de toda la operación. Lo cierto es que debía haber intereses ocultos para seguir explotándolos y por ello llegó el comunicado de Ángel de Cabo puntualizando una serie de trabas que buscan abortar que Nueva Rumasa vaya a la dirección mercantil de D. José María. Muy seguramente conllevaría la devolución, descubrir qué es lo que ha sucedido verdaderamente este último año y a qué tipo de explotación se han visto sometidas las sociedades. Quizá aflorarían nombres y apellidos asociados al factor especulativo del proceso concursal y las cifras no cuadrarían. De ahí el interés expreso para impedir la transacción.
De ser así, se entendería la querella de de Cabo contra el Sr. Ruiz-Mateos alegando que las empresas estaban desinfladas, como si no hubiese existido una previa due diligence para analizar los riesgos de aquella venta por el precio simbólico de 1 euro por sociedad; explicaría la intención de llevarse las empresas sin abonar ningún coste y la falacia judicial de una querella para encubrir el enriquecimiento que supuso que Nueva Rumasa pasara a manos de Ivan Losada.
El único gasto que debería generar la devolución es el de Notaría por la tramitación. Todo lo demás entraría en conflicto frontal con el interés primero y último de estas operaciones que solo persiguieron y persiguen la respuesta práctica ante los tenedores de Pagarés.
Es obligado recordar que de Cabo no quiso recibir a los representantes de D. José María, hasta que emitimos un comunicado de prensa exigiendo las devoluciones por incumplimiento de contrato. De inmediato, las oficinas de la C/ Serrano, 41, abrieron sus puertas por el evidente perjuicio que supone el conocimiento público de las actividades derivadas de las gestiones de Back and Business. La respuesta ante la exigencia no parecía entrañar ninguna complejidad, porque hubiera sido también palpable cualquier resistencia primera con los medios de comunicación prestos a informar de toda la operación. Lo cierto es que debía haber intereses ocultos para seguir explotándolos y por ello llegó el comunicado de Ángel de Cabo puntualizando una serie de trabas que buscan abortar que Nueva Rumasa vaya a la dirección mercantil de D. José María. Muy seguramente conllevaría la devolución, descubrir qué es lo que ha sucedido verdaderamente este último año y a qué tipo de explotación se han visto sometidas las sociedades. Quizá aflorarían nombres y apellidos asociados al factor especulativo del proceso concursal y las cifras no cuadrarían. De ahí el interés expreso para impedir la transacción.
Durante
un año no se han podido rastrear realidad de las sociedades, algunas sin
proceso concursal y otras bajo las directrices de abogados que
gestionan sociedades en concurso como pueden ser Bodegas y sector
hotelero. Sí, ante el cambio de criterio de de Cabo, cabe preguntarse qué ha sucedido en este año así como cuáles
han sido los procesos por los que han pasado las empresas.
Si
una condición
inapelable era responder por los Inversores y no se ha hecho en la
práctica... ¿en qué ha derivado la gestión durante estos meses y dónde
han ido los factibles beneficios en manos de los abogados que han estado
dirigiendo los concursos? Las dudas surgen como la múltiple sospecha.
Lo cierto es que, a falta de estudiar en profundidad el estado de las
sociedades, ha existido un proceso que ha producido beneficios que no
han parado a manos de los inversores.¿Dónde ha recaído entonces el más
que posible beneficio de la gestión concursal?
Parece
ser que han existido elementos y factores ajenos a los intereses de los
Inversores, pues sobre ellos no ha
repercutido ese beneficio de negociaciones sucedidas este último año.
Si el cambio de titularidad se revierte exclusivamente en la persona de
D. José María, ante estos interrogantes que planteo también debería
contemplarse el cambio de abogados que han llevado a concurso, hasta
ahora, las sociedades de Nueva Rumasa.
Con
tanto capital en juego que debería estar rindiendo a los afectados, no
sería de extrañar que de manera oculta se hubieran negociado contratos
favorecidos por el natural encubrimiento que ha conllevado que D. José
María perdiera el rastro de sus empresas temporalmente. Y no solo eso.
Si el
empresario afirma taxativamente que él no fue partidario de la cesión,
habría que preguntarse si él conocía realmente el estado del Grupo
empresarial antes de la emisión de los Pagarés. De hecho es una cuestión
primordial por la sorpresa que supuso vender sus empresas cuando
pensaba que existían más activos que pasivos.
D. José María no va a dejar de exigir lo que es suyo, pese a las dificultades que pretende imponer el equipo legal del que llaman "el liquidador"
D. José María no va a dejar de exigir lo que es suyo, pese a las dificultades que pretende imponer el equipo legal del que llaman "el liquidador"
En
cualquier caso se está trabajando con el horizonte exclusivo de
erradicar la crisis de los Inversores y D. José María no ceja en ese
empeño en que estamos todos comprometidos. El que no lo esté no es
conveniente que continúe obrando ocultamente lo que el empresario quiere
mostrar a
la luz con las cuentas claras. En ello estamos.
Ignacio F. Candela
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