Quizá la conveniencia de lo
ignorante es lo ideal para ejercer canallescamente la indiferencia por lo
sucedido con Nueva Rumasa. La simpleza es un defecto de los inoperantes, de los
desagradecidos, de la patulea que juzga
sin conocimiento de causa y en el rencor marcan las actitudes destructivas
contra quienes no comulgan con esa estupidez de la ignorancia conveniente.
Mejor es no saber que comprender; en España lo hemos aprendido bien con la
matanza del 11 de Marzo de 2004 que al día de hoy carece de autores
intelectuales, precisamente porque la mayoría
es remisa a saber, así les estalle en las narices la verdad que seguirán
negando por repulsivo simplismo.
Con Nueva Rumasa nada es
simple. La condena de los gestores es la fácil salida para pretextar las
airadas protestas por lo sucedido. Sin embargo existen factores inherentes a
toda la trama y no se puede comprender la traición bancaria de ahora sin
incluir la expropiación de Rumasa en 1983.
Es significativo que el
corte del grifo crediticio haya sido tan radicalmente determinante justo cuando
parecía inminente tratar el pago de 18.000 millones de Euros-casi el 1´5 del
Producto Interior Bruto-a José María Ruiz-Mateos, por la delictiva expropiación
de Rumasa bajo el mandato del, por tanto delictuoso, Mister X Felipe González.
Lejos de la casualidad se sobreentiende circunstancialmente que se ataque a la
línea de flotación la credibilidad mercantil de Nueva Rumasa , negando el
crédito que fácilmente hubiera evitado el desastre actual. El hundimiento de
Nueva Rumasa, está firmemente vinculado con la responsabilidad estatal del pago
de indemnizaciones multimillonarias después de litigar Ruiz Mateos en una clara
victoria que deja en evidencia la realidad delincuente del felipìsmo.
José María Ruiz-Mateos no es
un antes y un después de una expropiación, es una línea de continuidad
luchadora que implica el éxito meritorio con las herramientas financieras que
lograron reconstruir un Grupo empresarial recomenzando desde cero. Esa
continuidad no se les ha escapado a sus enemigos que muy seguramente pasan de
ser morosos a convertirse en acreedores intentando hundir, una vez más, a la valiente víctima de las más rastreras
artimañas.
No existe casualidad en que
el buen nombre del empresario sea menoscabado ofreciéndole como facineroso a
las iras populares perjudicadas por el parón del desarrollo empresarial. A poco
que se observe la sutil manera de provocar el terremoto financiero, todo encaja
en perfectas piezas que se han fabricado durante treinta años para, de un
rastrero e inesperado manotazo, se impida ver la realidad digna y honrada de un
Ruiz-Mateos que ha encontrado una trampa sin salida provocada desde los
despachos bancarios.
El héroe pasa a ser villano
en cuestión de poco tiempo. ¿Acaso no suena al mismo ardid que se practicó en
1983? La Justicia
ha dado razón a un hombre que fundó 800 empresas absolutamente legales.¿Otra
vez pasa a ser el villano que el tiempo de lucha judicial ha demostrado que no
lo fue entonces?¿Por qué ahora sí? Simpleza la que juzga a quien se muestra a
la luz, cuando los verdaderos culpables se esconden tras las sombras.
Peregrinas son las
argumentaciones de irregularidades ante la consistencia inapelable de la
derrota del Estado que pugnó dolosamente, durante el socialismo, para encubrir
la criminal intervención que el Tribunal Superior de Justicia ha sentenciado
dando la razón a José María Ruiz Mateos.
Alguien debió pensar que si
Ruiz-Mateos figuraba como honesto y digno empresario estaba justificado
moralmente que percibiera lo que correspondía después de un extenuante litigio
por la defensa de lo suyo. Defenestrado ante la opinión pública esa
justificación de lo moral desaparece.
No, no existen casualidades
y sí muchos parásitos llamados al banquete que ya reclaman lo que pueda ganar
Ruiz-Mateos con las indemnizaciones en ciernes. Una jugada tan sucia como
perfecta; nada meritoria porque está basada en la traición.
¿Por qué la banca propicia
un desastre mayor poniendo en la picota a los gestores de Nueva Rumasa?
Sabiendo los sucios derroteros de sendos gobiernos socialistas no sería de
extrañar que alguna mano negra ideara un programa de destrucción personal, para
evitar el pago de una indemnización inminente. La pregunta principal quizá sea
¿cuánto se lleva el traidor que provocó el golpe, dinamitó Nueva Rumasa para intentar
evitar el pago de la valoración sobre lo expropiado?