Carta abierta a Esperanza

http://www.antena3.com/programas/espejo-publico/noticias/grave-pelea-teresa-rivero-inversora-nueva-rumasa_2014042100129.html 

Apreciada Esperanza:

Más de un año desde que nos conocemos en este infierno en que cada uno en su espacio menguante sentimos la asfixia y la zozobra de las esperas sobre acontecimientos en ciernes que parecen no  terminar de llegar.

Muchas horas de largas comunicaciones telefónicas en  este tiempo de pesadilla pero con la linealidad de un Proyecto del que estabas al corriente desde el principio y que tanto ha costado periódicamente en constante batallar desde aquellas primeras tramitaciones documentales. Te recibí la primera vez y conocí tu gran desesperación que desde entonces tomé como una responsabilidad personal para luchar si cabe con más ahínco y sin descanso buscando las soluciones junto a D. José María.

Unas veces te has desahogado tú y en otra reciente dejaste que fuera yo quien lo hiciera estando al límite de mis fuerzas por esta durísima labor con tantos enemigos acechantes y un constante fuego cruzado en que me han situado las vicisitudes tan impensables al principio. Poco imaginaba dónde me estaba metiendo cuando D. José María me pidió acompañarle en esta gesta. Tú sabes lo que me ha costado cada paso de este devenir y el dolor del calvario, como yo el tuyo en tus injustas circunstancias.

Te lo he dicho siempre: nada de lo trabajado es siembra inútil y sigo, con los pies en el suelo por la consistencia del trabajo realizado en inenarrable dureza y con arduas condiciones personales, pensando que la siembra dará su cosecha, aunque mire al Cielo implorando también la piedad de un Ser Superior. Porque aunque nos hemos dejado un pedazo de vida en esta guerra de locura, sigo pensando que si fructifica tanto sacrificio no dejará de ser un milagro trabajado hasta la extenuación. Con el conocimiento de causa que me otorga haber estado embarrado hasta el tuétano en las trincheras, sigo afirmando que llegará el fin de esta travesía por el desierto y con él un alivio para miles de personas destrozadas por estos descuartizamientos de diario.

Metafóricamente puede decirse que afrontamos la planificación de todo lo luchado este tiempo con planes concretos de negociaciones muy serias como si fuéramos a caminar una llanura que luego se convirtió en una colina que nos condujo hacia una montaña convertida en una cordillera y después en una abrupta cima cuya escalada ha costado sudor, sacrificio y no pocas lágrimas con tensiones insufribles que me han podido llevar, bien lo sabes que estoy entregado con todo mi ser, a infartos con un desgaste de mi salud física y que perfectamente podría haber sido mental.Nadie puede imaginarse lo que han sido estos dos años con tantos frentes abiertos. Las dificultades extremas las provocan una codicia, una avaricia que parecen orquestadas por el mismo Satanás. Mal consejo el de tantos seres sin conciencia que sufren tantos inocentes.

Hemos hecho todo lo que debíamos hacer y toca esperar, desgraciadamente, sin poder influir en las decisiones del tiempo. Existe un tiempo de espera-angustiosa en la incertidumbre- después de la siembra. Tú sabes de todas y cada una de las adversidades como de los obstáculos propiciados de manera inopinada por codicias de tantas gentes sin escrúpulos que han pretendido lucrarse con la tragedia de miles de personas. Lo que parecía sencillo en lo que significaba la proyección técnica de una labor empresarial y financiera del más alto nivel, se transformó en un batallar periódico no exento de la brutal tensión con esa sensación de urgencia que desgraciadamente se ha demorado inmersa en una desazón que lo ha envuelto todo. Siempre he comprendido tu situación terrorífica y te he defendido, apoyado, volcado en estas durísimas vicisitudes que durante meses he compartido con el deseo de diario de que se pueda anunciar el fin de este laberinto inmisericorde.

Comprendo que la paciencia se haya desbordado porque yo mismo he experimentado la desesperación de ver que alcanzábamos el horizonte que luego se alejaba convirtiendo la aparente meta final en una meta volante más. Lo cierto es que a pesar de las insufribles demoras, el trabajo ha continuado con su linealidad y el ya difícil Naranjo de Bulnes se ha transformado en un Everest, eso sí, sin desistir ni un solo momento de luchar por escalar en las peores condiciones hacia esa cima que es el compromiso de pago de José María Ruiz-Mateos.

Las últimas semanas tu reivindicación era épica, quedándote a dormir en tu coche a las puertas de Alondra. Te he llevado comida de mi casa y me cercioré de que te alimentaras intentando que desistieras de tu idea para no pasar esas noches a la intemperie que perjudicaron tu salud. Siempre he obrado de corazón y lamento profundamente no haberte podido dar más dinero porque mi trabajo sin descanso ni vacaciones no ha estado remunerado y sí absorbido por entero en esta causa mayor por erradicar este drama de tantas personas con las que se ha tratado personalmente.

La situación es extrema y comprendo con todo el aprecio que te profeso esta tristeza angustiada que has vivido terroríficamente este tiempo pasado. Intenté evitar lo que en mi mano estaba y bien sabes que mi situación no sólo no ha sido jamás cómoda sino todo lo contrario. Lamento profundamente los últimos acontecimientos de esta gota que se ha desbordado, pero espero que pueda paliarse todo daño con el anuncio del pago a los Inversores.

Soy consciente de lo que digo por haber bregado contra todo problema que incluso a última hora se ha recrudecido con inesperados acontecimientos. El desagradecimiento es una constante en todo este tiempo pero la conciencia es lo que ha de dictar los pasos hacia lo que se cree justo.

Bastante has sufrido como para soportar aún más desdichas que proceden de tus meses de insomnio que consumen el espíritu hasta lo indecible. No es justo nada de lo pasado y me gustaría que así lo comprendieran los perjudicados de tu agonía que siquiera pueden imaginar cuanto has sufrido hasta este tiempo. No puede justificarse el impulso de la desesperación, pero en circunstancias tan duras tampoco nadie puede ponerse en tu lugar y menos un juez para castigar lo que de por sí es un tremendo averno.

Sigo pensando que cuando se lucha por la Justicia verdadera, con integridad, nobleza, honradez, preocupación por el prójimo, el anhelo de conseguir lo mejor para los demás no sólo con el corazón sino con la inteligencia en el profundo empeño, ha de verse compensado el esfuerzo con el premio de la consecución de los objetivos propuestos por muy imposibles que ellos sean.

D. José María te hizo personalmente una solemne promesa que no haría si no supiera que puede cumplirla. Deseo con todas mis fuerzas que tanto desbarajuste y problemáticas tan arraigadas puedan diluirse el día que el empresario que te ha recibido cuantas veces sean necesarias pueda decirte que cumplió su compromiso como así te dijo.

Si llegara ese día creo que podría existir el perdón de lo recíproco porque el inmenso dolor acumulado de miles de personas en este trance sólo los afectados lo conocen más allá de lo imaginado.

Decía Napoleon Hill, y ha sido premisa para momentos muy difíciles de mi vida: “Toda adversidad conlleva la semilla de un mayor beneficio”. Espero que pronto pueda comprobarse, como esos instantes en que la zozobra desaparece como si fuera señal del destino el final de los insufribles tragos que amargamente la vida parece obligarnos a beber con sed de Justicia.

Ruego a Dios que dé conformidad a las siembras y se cosechen los frutos. No tengo palabras para comunicar cuánto deseo el fin de este infierno después de haberse batallado lo indecible, tú  la primera.