lunes, 5 de octubre de 2015

Isabel Fernández-Quiñones García, la ex asistente de los vales de 6.000 euros




 Biondini no descansa. No hay manera de que se cuide para prevenir un infarto de miocardio o cerebral. En Twitter,  donde me bloqueó durante más de un año para que no tuviera contestación, va gestando sus usuales manipulaciones públicas-que conoce ya todo periodismo inteligente- afirmando que no respondo lo que se manda en comentarios aquí y anunciando que tiene un artículo que borré, titulado "Los hijos de Ruiz-Mateos", por no se sabe qué tejemanejes de chantaje a los vástagos u otras componendas mías.

 Biondini es un necio especial  porque su moralidad está reñida con la inteligencia y se atrofian ambas con un inexistente sentido del ridículo.Hace tiempo que debería haber superado el parvulario pero es un niño eterno, bastante caprichoso y  malcriado que cree que un millón se puede convertir en tres, por arte de birlibirloque con cierta hipocresía, y luego en 250 millones de euros que para eso se casó con la que pensaba, oh sole mio, una rica heredera. A veces creo que es el personaje tonto que tocaba en esta historia. Extremista y tonto.

Reconozco que este laberinto siempre fue muy complejo pero con la verdad y la ayuda de Dios creo que de todo se sale. Así que vamos a ello, por partes:

Todo tiene su tiempo. Si no he publicado el comentario es porque el fin de semana descanso de bregar con estas mierdas que vuelve a traer el italiano o porque no me da la real gana si es el típico imbécil e ignorante que no argumenta y solo insulta. En todo caso responderé en una entrada el comentario que ya he leído y que se me antojó, digamos, de "amable cinismo"; viniendo, ahora lo sé, de esta ex asistente, me parece exacta mi apreciación. Todo lo que tiene de hipócrita lo enmascara tras sus generosos dientes.

http://laverdadocultadenuevarumasa.blogspot.com.es/2015/10/respuesta-al-comentario-incensurado-de.html 

¿Isabel Fernández Quiñones? Anda, la aparecida. Ahora surge una de las más hipócritas que, naturalmente, se entiende sea amiga de la no menos falsa pareja. Por si no les conocen todavía, "pasen y vean", como se anuncia un circo donde no faltan los payasos:

http://ocultabegonaybiondini.blogspot.com.es/2014/03/begona-ruiz-mateos-y-biondini.html

http://ocultabegonaybiondini.blogspot.com.es/2014/03/ah-la-extrana-pareja.html

http://laverdadocultadenuevarumasa.blogspot.com.es/2015/10/antonio-biondini-anda-infartado-calma.html 

Quien no tiene escrúpulos para mentir con descaro, como sucede con este Biondini, no lo tiene para acompañarse de una patulea de engañadores al servicio del mismo fin. Isabel Fernández Quiñones se une a la troupe afirmando poder rebatirme mis mentiras y asegurando que supliqué a D. José María favores ¿monetarios? ¿durante el hundimiento? Yo daba dinero que no cobraba a los Inversores que venían a Alondra, e incluso, le di dinero yo al empresario cuando después de una cara comida con Trevijano se quedó sin él con más de diez días por delante para acabar el mes. Me dijo que le daba vergüenza a lo que respondí que para mí era todo un honor poder ayudarle en algo tan paradójicamente excepcional. Él me daba para gasolina y no siempre. Susana Álvarez-(la testaferro inocente-como tantos otros encausados- de 60 empresas que solo cobraba entonces 1.200 euros sin tener ningún control de la administración de las mismas, siendo solo una figura legal que injustamente está imputada en las causas, INOCENTE ABSOLUTA, SEÑORES MAGISTRADOS-y yo le comprábamos natillas , helados u otras viandas como salmón ahumado  para que tuviera variedad, semana tras semana, en el paladar además de la rutinaria comida que tomaba. 

 Isabel Fernández Quiñones irrumpe para contar lo malo que es Candela, "malísimo" ¿La misma que D. José María-ya contaré el porqué- dijo de ella que tenía celos de caradura por profesármelos cuando ni siquiera estaba con él?

La tal Isabel en Twitter insinúa que cobré 500 euros. Algo que le llega de Begoña cuyas hijas acompañaban, haciendo las veces de secretaria, como decía D. José María, por amor al pecunio que cuando no se lo sacaba la del "papaito, te quiero" iban a ver lo que conseguían las nietas por pasar un rato con el abuelito. Pero José María Ruiz-Mateos no era tonto y será por eso que llamó a su ex secretaria "loba desagradecida". Lo de loba por hincar el colmillo en las posibilidades dinerarias más allá de un mero salario, sería. Lo de desagradecida ya se entiende después de desaparecer estos años, los duros , en que he acompañado al empresario.

http://laverdadocultadenuevarumasa.blogspot.com.es/2015/02/mi-respuesta-al-banquero-del-proyecto.html 

Un día contaré en detalle cómo, entre las inverosímiles tareas que me encomendó D. José María, una fue conseguir cash dado que desde el inicio de la caída los embargos judiciales le habían dejado en una posición de precariedad absoluta, incluso ridículamente con etiquetas del juzgado hasta en cualquier lámina de poco valor que se encontraba en la casa.

Para ello contacté con gitanos de tramoya-buscando en el Rastro Madrileño tiendas de almoneda- con el fin de venderles lo poco que había que no hubiera sido embargado de Alondra, consiguiendo para el empresario unos 8.000 euros incluso con la venta de una efigie de madera policromada que representaba a la Virgen. D. José María consciente de que llevaba muchos meses luchando a su lado sin percibir un solo euro, quiso premiarme en buena lid aquella gestión puntual regalándome delante de una muy envidiosa Begoña aquellos 500 euros que junto con otros 500, en cuatro años, percibí un año más tarde por otra gestión de venta que me confió mi buen amigo. ¿Malísimo me dice la que se atiborró por vales de 6.000 euros que Susana Álvarez y yo encontramos, como únicos batalladores entonces en la soledad del empresario, por los cajones de los despachos del sótano?

Isabel, la ex asistente, no ganaba pasta; se la chupaba porque tenía chupado cogerle el truquillo a D. José María con su encomiable generosidad que premió cuando apreció cualquier aparente lealtad. La que yo le di fue incondicional, con una monstruosa responsabilidad a su lado precisamente cuando ya no tenía nada para dar. Ese es mi mérito no el de otros que se dieron el piro. Casi todos. 

 ¿Ésa es la que quiere rebatir desde la honestidad conmigo? Dice ser testigo de que supliqué a José María ¿ por dinero? Pues no. Sí pedí que me apoyara-innecesariamente porque lo hacía desde el principio pero no era fácil contender con tantos embates públicos y privados; bien sabía en qué estaba metido que era consciente de los riesgos-, cuando recibía ataques por defenderle, y que en el caso de que consiguiera el buen fin de tanto batallar  en tan extremas condiciones más allá del simple estrés, no me dejara  a merced de la insolvencia moral de cuantos le habían rodeado esquilmándole la vida por dinero para luego dejarlo tirado. Yo sabía en qué batalla estaba lidiando una empresa honrada. 


¿Pedir favores? Pues sí, le pedí tener el privilegio y el honor amigo de un prólogo para una novela mía que le fui leyendo, antes de que se acostara o mientras hacía gimnasia, poco a poco y que le gustó mucho. Suplicar no, pero sí demandarle que actuara en consecuencia frente a toda la gentuza que había tratado encontrando un nido de serpientes y escorpiones  donde no dudé en saltar para cumplir tan duro objetivo; una lucha que no se paga ni con el oro conjunto con que estos tantos aprovechados se pertrecharon viviendo de la sopa boba, en exceso, del genial José María Ruiz-Mateos.
 
 Me asquea que además de la difícil labor que he desempeñado se sumen la calumnia y la ofensa permanentes de estos carroñeros que quieren mantener y aumentar el nivel de vida con el sacrificio del hombre que además de darles vida fácil los crió para, literalmente, sacarle los ojos.

 Defenderse de esta pandilla hastía ya, y en este caso respondo directamente con un enlace; el que quiera leer que lea:

http://laverdadocultadenuevarumasa.blogspot.com.es/2015/02/burofax-contra-mi-enviado-por-el.html 

 A decir verdad no quiero beligerancias, soy honrado pero no tengo nada de mosquita muerta. Si me buscan, me encontrarán. Preferiría no hacerlo pero me defenderé, siempre con la verdad, si continúa esta nueva ofensiva por parte de gente tan falsa como carente de escrúpulos. Lo mismo da  si se une ahora otra agradecida de este matrimonio escondiendo todos vergüenzas.

 Mucha gentuza hubo que tratar. De hecho me habría cuidado  de relacionarme con arteras alimañas si no fuera porque iba en el mismo paquete de la petición de D. José María para ayudarle a pagar a los Inversores y de paso defender su causa histórica y su buen nombre frente a la hecatombe de Nueva Rumasa. Cierto es que en el 2012  llegué al barco abandonado de las mismas ratas que habían pululado durante años hincando el incisivo roedor permanente. Pero algunas se quedaron, solo para seguir royendo.


Si algo caracteriza a la ex asistente de D. José María es la falsedad y la vida fácil que tuvo cuando se arrimó a la generosidad de un hombre influyente al que abandonó cuando las cosas pintaron mal. Me sorprendía recién llegado que un prohombre tan mediático y que gozó de las mieles del triunfo tuviera que probar hasta en los más allegados la soledad de sus días, cuando del bullicio cotidiano se pasó al cobarde silencio de los que se marcharon por la puerta de atrás como si nunca hubieran estado. Eso sí, cresos durante años cobraron sueldos de lujo para una mediocre actividad asistencial. No deberían quejarse.
                                              

Me epató encontrar en los despachos de Alondra los famosos vales que por entonces expedía en un papelito D. José María con valor, sobre todo, de 6.000 euros, aunque había también de 3.000. Aquellos despachos ocupados por los bien pagados de entonces tenían numerosos papelitos esparcidos de 6.000 euros con el nombre de Isabel. Isabel Fernández Quiñones fue de una listeza que rayaba en la indecencia, atiborrada de papelitos con cuantías de 6.000 euros que presuntamente le permitieron vivir por encima de las posibilidades de una secretaria, a tutiplén y sin ningún otro sacrificio que poner la cara dura-eso sí que es cara muy dura- para lucrarse del generoso empeño en tratar con dignidad a quienes le rodeaban que fueron los mismos que lo dejaron a su suerte cuando vislumbraron la hiel de los problemas. Más amarga fue la traición.

Fue en el 2012 cuando a Isabel Fernández Quiñones la convencí, por petición del empresario y de su amiga del alma Begoña Ruiz-Mateos, para que retornara  y sortease las dificultades a su lado del mismo modo que había disfrutado de las mieles del triunfo con influencia directa a su bolsillo, su casoplón , su todoterreno y todos esos caprichos que, además de salario, la lista secretaria podía permitirse con los vales expedidos por un muy generoso José María Ruiz-Mateos.Muchas habrían querido vivir así sin necesidad de andar ligeras de vestimenta pero ella es una dama con mucha suerte... buscada.

Es verdad que la familia la trataba como a una fresca y puede que dicha familia no haya sido justa en muchos aspectos incluso conmigo, pero en su caso estaba demostrado que se embolsaba cantidades ingentes con actitud tan melosa como falaz ante el empresario.

Siendo ella cobayita que no rata por sus muy dulces ardides para hacerse notar fuera del nido común, la susodicha retornó para irse, definitivamente, al no haber pecunio del que tirar, con la excusa moral e irrebatible para su cómoda conciencia de que no podía quedarse a ver cómo el empresario se suicidaba públicamente en aquellos impulsos que le acometían para dar a entender la gran injusticia cometida contra él.

Isabel Fernández Quiñones es una gran amiga de Biondini y Begoña Ruiz-Mateos, toda vez que la hija pródiga regresó al lado del padre abandonado cuando vio que su papel relegado de hija podía cobrar protagonismo ante los medios de comunicación. Donde hay posibilidades, Isabel sabe estar como Begoña,  no pierde comba. No siendo gilipollas, otra sucia cuestión es que sean oportunistas.

El rol público de Begoña fue el de la hija preocupada por su padre siempre y cuando hubiera testigos para atestiguar lo buena persona que era. Isabel no se baja de escena si hay posibilidad de cobrar entrada. El circo Biondini y compañía no sería nada si no pretendieran engañar a los medios de comunicación.

Las cámaras no estuvieron el día en que, permaneciendo D. José María en la UCI por una arritmia que sufrió después del trance de la  detención de Agosto de 2012, Begoña, Isabel y yo nos fuimos turnando para acompañar al empresario durante su convalecencia nocturna. Fue cuando, sin dar crédito a lo que vi, observé que cuando tomaba el turno Begoña se acercó a su durmiente padre... se acercó... se acercó... y como no queriendo ver yo la intención que adivinaba, la protectora hija despertó a D. José María con el objetivo poco filial de que su padre desvelado comprobara que su amantísima hija estaba cuidando de él.

Siempre me he guiado por la premisa "lo que tu mano derecha haga, que no lo sepa la izquierda". Mal asunto en un mundo tan interesado como este, pero lo cierto es que los cínicos, los hipócritas, las manadas carroñeras unificadas en pos de un mismo fin, carecen de escrúpulos para mentir, manipular y engañar con los bolsillos rellenos de codicias que cuando no se satisfacen se convierten en ladridos. Aunque, a decir verdad, los ladridos de esta pandilla ya los había escuchado antes de que Begoña Ruiz-Mateos y Biondini se revolvieran traicioneramente contra mí por estorbarles en la ambición de litigar contra los hermanos por valor de 250 millones de euros, inhabilitando al empresario que se quedaría sin poder pagar a los Inversores. Pero esa será otra historia con Isabel Fernández Quiñones y Begoña Ruiz-Mateos como rabiosas protagonistas a las que tuve que soportar aquel día en que se manifestaron, por sorpresa, tal cual eran y que habían ocultado tras la engañosa amabilidad.

Próximamente, también contaré el porqué de borrar el artículo "Los hijos de Ruiz-Mateos", tal y como lo saben, desde el principio que tomé la decisión, amigos Inversores que me acompañan desde hace años luchando por los pagos. 

Que un rufián como Biondini piense tan sucio sobre mis intenciones, es reflejo de su mente enferma de deshonestidad y absoluta carencia de integridad. Me lo ha demostrado ya demasiadas veces. Antoñito el fantástico solo tiene ignorantes que lo crean. Habrá que hacer saber, a ver si conociendo las cuestiones la gente no es tan imbécil como para darle credibilidad a quien en estos años la ha perdido toda. Empezando por los tres millones que dicen que le deben y que resultaban ser, según sus propias declaraciones ante las televisiones, uno. Para el año que viene serán 5 más los 250 millones por los que se arrastra de manera tan inequívocamente rastrera junto a las comparsas que le recogen las babas que va dejando harto de imprecar y descomponerse como un energúmeno.

http://ocultabegonaybiondini.blogspot.com.es/2014/04/biondini-o-la-malsana-intencion-del.html 

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Reacción de la ex asistente, Isabel Fernández-Quiñones García, a esta entrada que cuenta las verdades del barquero:





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