En ningún momento se ha cesado en el empeño y la gran batalla por pagar a los Inversores

Que nadie se equivoque ni equivoque a otros: permanecemos en la lucha frente a toda adversidad. 

Muchas han sido las batallas calladas contra todo tipo de mezquindades, egoísmos o codicias, pero la falta de noticias no ha de causar ninguna desesperanza, cuando se observa el calibre de tamaña empresa consistente en que miles de familias recuperen su dinero erradicándose esta pesadilla.

Se va a conseguir y en todo este tiempo no se ha dejado de lado un solo instante el empeño para alcanzar este Milagro. Perseveramos para alcanzar lo propuesto a la altura de tan difíciles miras.

Julio es un buen Amigo que marchó y su lucha no será en vano. Unas veces en labor pública, otras en perseverancias por esta labor a puerta cerrada, el objetivo, el horizonte por alcanzar, en ningún momento ha perdido su norte y fuerza.

Mi difícil trabajo-si es que alguna vez esto fue un trabajo siendo más una guerra- me obliga a la discreción. Quizá algún día pueda narrar lo sucedido este tiempo, una vez que el infierno haya finalizado. Así sepa todo el mundo que la realidad supera a la ficción y los sacrificios cuestan cuanta más crítica es la meta; esta meta que se alcanzará, sin duda, a pesar de las tremendas dificultades de este camino iniciado cuando D. José María pidió mi colaboración, en realidad convertida en una gran cruzada, hace casi tres años (con la hecatombe ya provocada), para pagar a los Inversores. Todo llegará.