martes, 15 de octubre de 2013

Estación de llegada

Los viajes de la vida constan de un inicio y durante el recorrido poseemos la oportunidad de forjar el espíritu ante los muchos obstáculos que se plantean como lecciones de superación personal y colectiva.

Parece un destino escrito el que se nos planifica con acontecimientos que escapan a nuestra comprensión, pero la valentía consiste en acometer las problemáticas y resistir los embates para alcanzar aquello que propone el corazón por los dignos impulsos de una conciencia que ha de procurar siempre la cristalinidad de las intenciones, pese a las sombras de las confusiones o el dolor de las experiencias que nos intenta arredrar.

Aún con todo lo sufrido, un viaje emprendido siempre ha de hallar su punto de llegada, porque nada se principia si no se posee la convicción de poder lograrlo.Las grandes gestas nacen solitarias y se culminan acompañadas.

El tren de la vida recorre sus kilómetros y acorta las distancias. Nada hay más esperanzador para un itinerario tenaz y duramente recorrido que el avistamiento de la estación término: el lugar de llegada donde se ha de esperar pacientemente a que ante nuestros ojos se frene el convoy de los sacrificios y se abran las puertas de la Felicidad por la victoria de los deberes cumplidos.

Este tren de las compensaciones siempre llega con la conciencia recta, la integridad de las actitudes y los deseos por el bien de nuestros semejantes... y en esa dimensión lúcida y alegre de la Fe en lo imposible cabemos todos.

2 comentarios:

Oscura Forastera dijo...

Toda lucha tiene su victoria, las injusticias serán juzgadas. Este tren llegará desbordado de compensaciones, por todo el esfuerzo y lucha que habéis superado. Felicidades por lo conseguido. Enhorabuena por el triunfo obtenido, bien merecido lo tienes. Saludos.

I.F.C. dijo...

Todo ha de llegar con honradez y dignidad ante las dificultades.

Muchas gracias, Oscura Forastera. Dios quiera que traspasemos la meta después de tan esforzado trabajo. Saludos.