viernes, 4 de enero de 2013

Trabajo intenso de diez meses y la deseable agilidad judicial


Cuando asumí la responsabilidad de ejercer como portavoz y jefe de prensa, poco podía imaginar el calibre de las intensas batallas de trabajo y el alcance que suponía estar al lado del gran personaje que es D. José María. Cuanto más profundo conocimiento tengo sobre su representatividad de hombre íntegro-digno e históricamente justificado para confrontar con una corrupción institucional encubierta que le tomó como blanco de multitudinarias avaricias con nombres y apellidos ilustres de esta España teatral de las dignidades... inexistentes-, más comprendo el calado de mi labor cifrada en dos frentes definidos:
 

Defender a ultranza su persona y profesionalidad y colaborar activamente en atender a los Inversores para comunicar cuantas medidas se han tomado para erradicar el drama de los Pagarés.

De este modo y con estos objetivos de intenso compromiso personal, no solo he ejercido una función de portavocía o de coordinación de comunicaciones en radio, prensa y televisión, sino que también he desempeñado funciones prácticas en múltiples negociaciones y reuniones de alto nivel para buscar soluciones a la crisis generada por la quiebra de Nueva Rumasa. Nunca pensé que mis deberes podrían converger en tan amplios espacios de actividad, pero lo cierto es que me siento deudor de la gran confianza que desde el primer momento el Sr. Ruiz-Mateos, ingenio irrepetible de las finanzas y la empresa, depositó en mí junto al tremendo peso de responsabilidad añadida a lo que en principio pareció, hace diez intensos meses ya, un encuentro fortuito que fue inspirado por su hija Begoña.

Desde entonces he seguido el ritmo incansable de trabajo con un hombre que siempre tiene su mesa del despacho completamente saturada de papeles y la agenda diaria repleta de actividad. La foto que ilustra este artículo fue tomada ayer en una de tantas jornadas densas de gestiones que ordenadamente llevamos a cabo.

Huelga decir que pasar a la primera línea de los hechos que son conocidos por la opinión pública-aunque sean aparentes por estar oculta la verdad tras las sombras de las informaciones desvirtuadas-, condujo a un grado de mayor beligerancia con todo aquello que estaba en contra de mis competencias como defensor de D. José María y los intereses de los Inversores. Siempre he tomado consciencia de que en estos menesteres no caben las reservas, dada la dimensión personal de José María Ruiz-Mateos y sus singulares experiencias confrontando contra las corruptelas de las más altas instancias y denunciando la cobardía de quienes las permiten.

Como muestra de mi tesón por la lucha de lo justo, ya estaban mis dos primeros libros-una novela documental y autobiográfica, además de un ensayo socio-político- para dar fe de mi perseverancia en el empeño.

Un largo bagaje hemos recorrido juntos y estamos inmersos en las experiencias de este largo guión de búsqueda de la Justicia a raíz de la delictiva expropiación del Holding Rumasa treinta años atrás,  y la actividad del ahora conducente a arreglar los problemas causados por la emisión de Pagarés y de cuya responsabilidad ha sido exculpado el Sr. Ruiz-Mateos por la Unidad de Delitos Económicos y Fiscales (UDEF). El paso del tiempo constata el logro de los objetivos propuestos. Todo en torno a la Justicia, la verdadera, que merece el empresario.

Muchos son los momentos de confidencias con él y soy consciente de vivir momentos históricos y decisivos con un sentido de urgencia necesario, sabedores de la grave situación que atraviesan miles de personas que invirtieron en los Pagarés. 


Muchos son los días de trabajos y lucubraciones. Desde el factor empresarial y con el fin de que D. José María pudiera pagar a los acreedores, se tomó la decisión, en Agosto del año pasado,  de exigir la devolución de Nueva Rumasa al hoy encarcelado Ángel de Cabo.
    No siendo partidario de ceder su Grupo, se vio obligado a hacerlo por la apariencia circunstancial, pero siempre considerando la atención primordial de los Inversores. Es inexplicable que siendo, según el juez Pablo Ruz, un extorsionador de Cabo, no se hayan parado de inmediato todos los procesos concursales, más que sospechosamente irregulares, siendo administrador el también reo Iván Losada.

La ralentización de los trámites judiciales es exasperante e irresponsablemente inhumana, cuando antes que la letra debería estar el aporte de oxígeno en tantos damnificados que esperan la firma de un juez para no consumirse en las desesperaciones inherentes al momento dramático que vivimos actualmente.



Es absolutamente perentorio, una vez conocidas las añagazas de extorsión que se practicaban desde Back in Business, sociedad tapadera del valenciano para llevar a cabo programas de desmantelamiento empresarial puramente especulativo, que se paren los procesos concursales con liquidaciones descaradas que pueden retrotraernos en la memoria a las vergonzantes negociaciones lucrativas de Felipe González, cuando dio por 1.000 millones Galerías Preciados a los Cisneros para que al año se vendiera por 30.000 millones de pesetas al Grupo Mountleight.
    

A nadie extraña la vida de millonario que se da el rey del pelotazo criminal a través de la política que es Felipe González, viviendo de renta vitalicia por los favores que brindó a sus multimillonarios socios Slim y Cisneros. Que no extrañe esa vida parasitaria, a costa de dividendos ajenos expropiando delictivamente el Holding Rumasa, no es lo grave en esta España cobarde y plena de falsedad comprada a precio de saldo; lo más grave es que sinvergüenzas, forajidos, gentuzas de pestilencias delicuescentes, estafadores de mucha monta y mínima decencia, paseen sus vidas potentadas a costa de la pobreza generalizada en que han sumido al resto de los ciudadanos.

El villano pasa por héroe y el héroe por villano; eso pasa en España cuando se usa la influencia institucional para comprar la Justicia, politizar las decisiones de  los tribunales y dejar impune el crimen de los aprovechados de turno votados por sufragio universal, tan a propósito para que a veces sean los ignorantes y manipulados los que decidan el destino de un país con recursos... legislaturas después esquilmados.

Que sigan viviendo miserables de sopa boba exclusiva, es un escarnio para los que se ven obligados a la supervivencia muriendo un poco más día a día. De ahí que hayan de ser los jueces de una generación constructiva los que tengan que decidir sobre estas problemáticas que vienen derivadas de treinta años atrás. Por ello hay que agilizar los trámites judiciales en aras de seguir el ritmo de los acontecimientos y no generar más perjuicios que los ya causados por una situación hartamente insostenible.

El guión se va desarrollando pero siempre parece desembocar en el mismo obstáculo: la lentitud de las decisiones que en el caso de Rumasa van ya para treinta años vergonzantes y el desesperante ritmo judicial del ahora de Nueva Rumasa que permite compilar montañas de papeles conteniendo nombres y apellidos de miles de personas que están siendo asfixiadas por la burocracia, cuando deberían primar las necesidades de primer orden de las cuales dependen tantas personas por las que trabajamos buscando la fórmula más eficaz para que se realicen los pagos. 


Tanto esfuerzo debería ser compensado con la agilidad del trámite judicial que en treinta años, y de modo descaradamente injustificado, brilló por su ausencia... nunca será tarde si la dicha es buena. Veremos.

Afortunadamente-y para no estar a expensas de arbitrariedades ajenas a la voluntad de D. José María- hay más medidas en marcha y seguimos trabajando sobre ellas. No hay descanso.

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