viernes, 28 de diciembre de 2012

José María Ruiz-Mateos: Un héroe proscrito, por la villana corrupción institucional a la que se enfrentó con nobleza y valentía



Un año muy intenso, en realidad impredecible,  ha desembocado en hechos derivados de unos antecedentes prolijos, dramáticos y también esperanzadores. Nunca hubiera imaginado estas luchas cuando Begoña me presentó a su padre.

Con una convivencia diaria y 96 artículos publicados-más otros 30 en borradores que no salieron a la luz por distintas circunstancias a tenor de la prudencia que debo tener desempeñando mi papel-, puede decirse que soy muy conocedor y profundo analizador de la vida y obra -así como de las personas que le rodean- de un verdadero genio.

El 2012 me deparaba conocer a D. José María y el privilegio de librar una batalla contra una injusticia histórica con la que muchos han pretendido desprestigiarle aprovechando los problemas derivados de Nueva Rumasa. Los capítulos de esta historia tan batallada se han ido sucediendo como si estuvieran escritos en algún sitio antes de ser escenificados. Un día escribiré un libro-no tendrá una sola página de desperdicio- sobre todos estos meses  transcurridos al lado de un gran personaje como es D. José María Ruiz-Mateos, amigo de confidencias de quien me siento muy honrado colaborador en estos momentos tan puntuales, cuando se puede reconocer a un héroe que la villanía de muchos ha pretendido destruir.

A pesar de las muchas dificultades, el hombre genuino sobrepasa, en virtudes y  sobradamente, las mentiras que se han vertido contra él. Ser proscrito en esta España mendaz que durante décadas ha disimulado la profunda corrupción institucional que le expropió delictivamente, es un precio de heroicidad y un marchamo de inocencia como así rubricaba Jesús Calvo, entonces Director del CENTRO PENITENCIARIO MADRID-2 DE ALCALÁ DE HENARES. En 1999 escribía aquel Director Penitenciario:

Querido José María:

Sigue siendo un orgullo ser tu amigo y saber que tú también me consideras así.

No te voy a querer más, porque el Tribunal Supremo te declare inocente. Para mí, siempre lo fuiste; y aunque hubiera dicho lo contrario, seguiría defendiendo tu gallardía, tu pureza de alma y la limpieza de tu mirada...

Siempre lo diré, el verdadero José María solo es conocido cuando se le trata personalmente. Nada que ver la apariencia televisiva con la influyente nobleza que deviene de un trato directo. Razón tenía D. Jesús Calvo cuando se refería a la limpieza de la mirada. A decir verdad, impresiona el profundo mirar de este guerrero proscrito, cuya vida ha dejado en evidencia la hipócrita condición de los que se dicen respetados en esta ladina patria. Siempre ha pedido el encarcelamiento voluntario-y así estuvo por doce veces- para demostrar, paradójicamente, su inocencia y vindicar sus derechos violados por todos aquellos facinerosos que, en cambio, jamás  pisaron una prisión siendo alimañas de un calado moral verdaderamente demoníaco.

Una gran historia permanece y muchos frentes abiertos han sido acometidos en este tiempo, pero una sola dirección nos ha guiado: Justicia y compensación, respondiendo por los tenedores de Pagarés. Una problemática ajena de su profesionalidad que ha tomado como responsabilidad propia para darse a muchas personas.

El único horizonte al que nos hemos dirigido por la voluntad de D. José María, ha sido el de responder por los Inversores con múltiples programas ya avanzados de negociaciones y reuniones que podrían conllevar una merecida compensación a quienes la esperan del trabajo exhaustivo del empresario.

Es significativo observar con qué respeto tratan los Policías a D. José María e incluso le dan ánimos después de entregar las distintas notificaciones judiciales. Acaso bien saben estos profesionales de la Ley que él  es una víctima propiciatoria de los bellacos de la política y la banca que le esquilmaron brutal y repugnantemente su legítimo patrimonio. Todo un contraste este respeto, con conocimiento de causa, ante la desvergüenza de algunos periodistas, ignorantes o malintencionados, que nunca han perdido la oportunidad de atacarlo, quizá, o seguramente, bien alimentados como perros por las migas de su amo.

El objetivo primero de mi labor ha sido defender su dignidad y honor, comunicando a la opinión pública la verdadera identidad del empresario y financiero; tan engañado el gran público por aviesas manipulaciones y desvirtuaciones de una realidad que nada tiene que ver con la que muchos beneficiados de la delictiva expropiación de Rumasa han pretendido falsear denostando a la víctima. Con ello mantener su integridad personal, tan injustamente maltratada, de un hombre excepcional que de no pasar por la canallada de la expropiación felipista y "vallstabernera", habría sido un discreto empresario y financiero cuya identidad pública no hubiera trascendido más allá de los despachos de trabajo.

Cartas, como la de D. Jesús Calvo, muestran la verdad de lo sucedido con Rumasa y el derecho legítimo a pedir la Justicia que en España todavía puede ser históricamente validada si finalmente se reconoce la iniquidad delictiva y se compensa al muy injustamente tratado hacedor de riqueza y empleo que es D. José María. No se puede ignorar la reivindicación de quien fue exculpado de toda imputación, declarado inocente y por ende con derecho a ser resarcido si la Justicia existe verdaderamente en España. No hay que perder la esperanza y mucho se ha trabajado para que muchos no la extravíen.

Como dice su mensaje personal, son muchos los caminos emprendidos para llegar al mejor fin de estos propósitos.

Dios quiera que el 2013 marque un apoteósico hito de Victoria que merece con creces el excepcional hombre que represento y todos aquellos que siempre confiaron en él.

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